«San Carlos»: Un modelo de gestión simple para maximizar los resultados del rubro ovino

El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) organizó durante febrero y marzo un ciclo de jornadas presenciales denominado «Mejor con ovinos, escuchando a los protagonistas», con el fin de mostrar la realidad de productores que han implementado ajustes y reorientaciones en sus sistemas para mejorar los resultados físicos y económicos de sus majadas.
La segunda actividad de este ciclo se llevó a cabo en el establecimiento «San Carlos» de la familia Larrosa, ubicado en la zona de Cardozo Chico, departamento de Tacuarembó, 54 km al norte de Paso de los Toros y 96 km al sur de la ciudad de Tacuarembó. En este predio, pionero en la cría y desarrollo de la raza Border Leicester, se presentó un sistema extensivo orientado a la producción de carne ovina, que prioriza la simplicidad y facilidad de manejo. Este enfoque busca maximizar la señalada y el peso de venta, demostrando cómo se pueden alcanzar estos objetivos con una premisa de reducir intervenciones y no complejizar la gestión.
El establecimiento «San Carlos» desarrolla su explotación ovina en una fracción de campo de 516 hectáreas arrendada por el DMV. Federico Larrosa Duhalde, en la que se encarneran anualmente entre 400 y 450 ovejas. La majada de cría se sirve generalmente entre marzo y abril, lo que deriva en pariciones durante agosto y septiembre. El destete se realiza en enero, y los corderos se venden como corderos pesados tipo SUL, invernados sobre campo natural, entre mayo y octubre del año siguiente.
Larrosa considera que, para sistemas enfocados en carne, lo más importante es la señalada, seguida por lograr la mayor cantidad de kilos posibles en los corderos. Destaca que las ovejas en este tipo de sistemas deben ser prolíficas, con buena habilidad materna y un peso adulto moderado.
Entre las principales tecnologías adoptadas en «San Carlos» se encuentran los servicios de fin de verano – otoño, la parición de fin de invierno – comienzo de primavera, la encarnerada de corderas, el uso de ecografía con manejo diferencial por carga fetal, y la doble esquila (pre – servicio y pre – parto). Estos manejos contribuyen a los resultados obtenidos.
Actualmente, el establecimiento registra muy buenos resultados reproductivos, alcanzando una señalada potencial promedio del 144% (corderos ecografiados sobre ovejas servidas) y un porcentaje de destete que ronda el 110%. Estos resultados de destete y los adecuados pesos de venta demuestran el éxito del sistema. No obstante, se identifica un margen de mejora considerando el potencial reproductivo.
Algunas herramientas que podrían incorporarse sin alterar la simplicidad del esquema incluyen el uso de animales de guarda para un mejor control de predadores, y la utilización de razas carniceras en cruzamientos terminales para lograr corderos más pesados o anticipar la venta.
Los asistentes a la jornada en «San Carlos» valoraron la sencillez del enfoque ovino y los resultados que se logran dentro de este marco, enfatizando la importancia de tener objetivos de producción claros y coherentes con los recursos disponibles. Hubo consenso en que, para sistemas con bajo o nulo ingreso por lana, el peor escenario es una señalada pobre (inferior al 100%) combinada con la venta de corderos livianos (carcasas de menos de 16 kg).
El objetivo ideal, para maximizar ambas variables, sería vender una cantidad de kilogramos de cordero en pie por oveja similar al peso de la propia oveja mantenida en el campo. Por ejemplo, si una oveja pesa 60 kg, se buscaría vender 60 kg de cordero en pie por oveja, lo que representaría acercarse al máximo potencial de producción de carne ovina. Los mensajes generales recogidos en la jornada, aplicables a sistemas similares, se resumen en buscar más corderos que sobrevivan, crezcan rápido y alcancen el peso de venta pronto, para maximizar la cantidad de hembras para reproducción.