martes 6 de mayo, 2025
  • 8 am

Reseña de una mala gestión

Fulvio Gutiérrez
Por

Fulvio Gutiérrez

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Alvaro Lima

Por Dr. Fulvio Gutiérrez
A poco más de un mes de la finalización del segundo gobierno departamental del Dr. Andrés Lima en Salto, el panorama político no puede ser peor. La ineptitud, la incapacidad, el nefasto clientelismo y su obvia consecuencia, la corrupción, se han generalizado, fruto sin duda de la equivocada conducción del Dr. Andrés Lima, que, por su condición de Intendente, aparece lógicamente como responsable político de este desgobierno.
Es más, las divergencias y enfrentamientos internos dentro del FA salteño, de notorio y público conocimiento, son también consecuencias de esa realidad. Y debo señalar muy especialmente, que digo responsabilidad política, la que podrá ser castigada o no por el apoyo o no que la ciudadanía le otorgue a esa fuerza política a la que pertenece Lima. No me refiero, por ahora, a otra responsabilidad que pudiera surgir como consecuencia de presuntas irregularidades en el cumplimento de esa actividad política, como lo sería alguna presunta responsabilidad jurídica, penal o no, que surgiera luego que la fiscalía competente proceda a realizar la investigación correspondiente, como consecuencia de las denuncias que fueron hechas públicas en los medios locales y nacionales.
Por ahora, el principio de inocencia tiene plena vigencia. Lo evidente que surge del trabajo político de Lima como Intendente, a mi juicio, deja mucho que desear, en la medida que un análisis de su actuación surge de la realidad y de sus resultados.
Con ese criterio, y haciendo un recorrido muy genérico sobre esa realidad, vemos que el estado de la vialidad del departamento, urbana, suburbana y rural es decididamente mala ;el ingreso a la ciudad, luego de pasar la Gaviota, es una vergüenza; una situación similar es el deterioro de la infraestructura vinculada con la iluminación pública. También es lamentable el estado del principal centro termal del departamento, como lo es Termas del Arapey, que evidencia una falta de cuidado y dejadez, así como el pésimo estado del camino de ingreso a ese centro termal, con algún intento de reparación que terminó por ser ineficiente.
Igual suerte de abandono han sufrido los museos, cerrados sin una explicación razonable de los motivos, lo que induce a pensar en la incompetencia de quienes estaban a cargo de esa actividad cultural. Solo a vía de ejemplo pensemos en la triste realidad de la inundación del Museo del Hombre y la Tecnología, como consecuencia de una lluvia reciente y obviamente la falta de previsión y de abandono del mismo, el cual creo que es único en el país. A esto se agrega la falta de organización de actividades culturales importantes que otrora fueron orgullo para nuestro departamento en el concierto nacional, como las Bienales de Primavera.
Inaceptable es la falta de organización en alguna fiesta departamental importante, las que constituyen un punto de referencia en el país, como ocurre con la Fiesta de la Cerveza en Paysandú, la Fiesta de la Patria Gaucha en Tacuarembó, el Festival del Olimar en Treinta y Tres, la Semana Criolla en el Prado de Montevideo, la Fiesta del Asado con Cuero en Lazcano (Rocha), el Festival Minas y Abril en Lavalleja y tantas otras más. Nada de eso tiene Salto, sin olvidar las fiestas que con gran sacrificio organiza año a año la gente de Villa Constitución y Belén.
Otro enorme debe se encuentra en las deficiencias en las tareas de recolección y barrido de la ciudad; la falta de previsión para evitar el desastre que hoy es el depósito de la basura, todo lo cual atenta contra la salubridad pública y la vida digna de los salteños.
Me resulta difícil de entender que un hombre joven como Lima, que tuvo el privilegio de llegar a ser Intendente por dos veces de un departamento como Salto, donde hay recursos que bien administrados pueden ser base fundamental para hace muchas cosas buenas para su población, haya fracasado en su función de dirigir políticamente el departamento. Pero así han sido las cosas y los malos resultados están a la vista.