lunes 19 de mayo, 2025
  • 8 am

Cuando se puede hacer la diferencia

Armando Guglielmone
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Armando Guglielmone

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Avisos judiaciales

Armando Guglielmone
Instructor canino – educador etólogo
Contacto : 098 539 682
Ya he comentado varias veces anteriormente sobre la tarea que hacen los perros de asistencia prestando ayuda a personas en situaciones particulares. Están los más conocidos como los perros guías y también los menos conocidos, como los perros de asistencia a personas en silla de ruedas o personas que sufren de síndrome de estrés postraumático. Pero hay un tipo de perro más que es casi desconocido para el público en general, y es el perro de asistencia psicológica.
Estos perros se usan como apoyo emocional en pacientes internados en hospitales, brindándoles calma y afecto a quienes generalmente se encuentran solos en la internación, supliéndoles de cariño y compañía, ayudándolos de esta manera en la recuperación de las personas e incluso fortaleciéndolos previo a cirugías de riesgo.
Es que se ha comprobado que las personas que no tienen familiares que los acompañen en esos momentos, logran crear un vínculo con el perro que le ayuda a enfrentar más animoso estas situaciones difíciles, ya que tienen la esperanza y el deseo de volver a encontrarse luego de la operación. Por supuesto, esto no ocurre acá, entrar a un hospital o sanatorio en nuestro país con un perro de estos es inimaginable, el perro es sinónimo de enfermedades para la mayoría de iluminados de acá.
También se usan estos perros con personas que reciben asistencia sicológica, siendo mayormente utilizado con niños. Se ha comprobado que los niños están más dispuestos a hablar y expresarse más abiertamente si están en compañía de un perro que, obviamente, haya sido entrenado para esta tarea, resultando particularmente útiles con niños en rangos de autismo. El estar acariciándolo los relaja, como a todos, y les da una suerte de apoyo emocional, haciendo que sea más fácil para ellos expresarse mientras escuchan y responden al profesional, pero mirando y atendiendo al perro.
También el interactuar pidiéndole que realice alguna habilidad aprendida por el perro ayuda a que tengan calma, paciencia y control, para así lograr una mejor interacción con el entorno a posteriori. Hace varios años estuve adiestrando un perro de estos para un profesional en sicología, que luego no se usó para eso pues una condición era que debía ser castrado, ya que el perro presentaba una hipersexualidad que complicaría el buen desarrollo del trabajo, y al no querer hacerlo por “recomendación veterinaria” hubo que desistir. Ahora he comenzado con la preparación de un cachorro para esta tarea, alguien con visión tuvo el buen tino de intentar aplicar tratamiento a sus pacientes usando un perro de asistencia.
Recién he comenzado, pero viene muy bien, a medida que pase el tiempo iré comentando los avances en el proceso. Espero y confío que tengamos éxito, para así, una vez más, poder demostrar con hechos la increíble utilidad que representan para nosotros nuestros queridos perros.