viernes 16 de mayo, 2025
  • 8 am

Un análisis imprescindible y una reconstrucción necesaria

Gustavo Chiriff
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Gustavo Chiriff

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Edicto Matrimonio

Por Gustavo Chiriff
Culminadas las elecciones departamentales y sin tener los números finales, ya que en el momento de escribir esta columna no se terminaron de abrir los votos observados, si podemos afirmar que fue una diferencia importante que saco la Coalición Republicana al Frente Amplio, mas de 13 puntos de diferencia, que a muchos nos sorprendió, incluyéndome.
En las previas veíamos un despliegue militante del FA, que nos permitía vislumbrar que se está peleando a la par, que se venía en forma pareja peleando la elección. Si bien en nuestros análisis teníamos en cuenta la posibilidad de perder, en cuanto desde una mirada cronológica de las últimas elecciones nos mostraba a los partidos socios de la coalición en ventaja al FA, como lo fue en la elección del 2020, que si bien no fueron como la CORE, pero si sumamos los votos del PN, PC, CA y PI nos muestra que tenían en ese momento el 55 % de votos sobre el 40,5 % del FA, luego en la elección nacional del 2024, distinta sin dudas, la coalición tuvo el 53,3 % de los votos y el FA el 43,6%, donde quedamos con una diferencia de 8.772 votos, si embargo la remontada de noviembre nos daba la posibilidad de poder lograr acortar esta diferencia, pero no fue así.
Con respecto a la elección departamental del 2020, la de este 2025 es muy similar en los números, el FA sigue con el 40,5 % de los votos y la CORE con el 55 %, por lo que se repite lo de hace 5 años, por lo cual el efecto arrastre de votos de indecisos hacia el FA no funciono.
¿Qué fue lo que paso? Desde un análisis frio y presuroso, podemos decir que perdimos por qué no supimos captar votos por fuera de los partidos tradicionales, no cautivamos con nuestra propuesta a un elector fluctuante, lo que llamamos indecisos, por otro lado, la derecha supo utilizar nuestras debilidades y flaquezas de la gestión de gobierno, las potencio mediáticamente y saco ventajas de las mismas.
En primera síntesis, no pudimos retener el gobierno departamental por dos factores fundamentales, el primero es que se juntaron y repitieron su votación del 2020 juntos y en segundo lugar la gestión llevada a cabo no fue de satisfacción de la mayoría de la población salteña, simple pero complejo a la hora de entrar a ver los factores específicos.
¿Cuál es el camino?, sin dudas primero realizar una profunda autocritica, fraterna y unitaria, que ponga por objetivo, no la de señalar con el dedo ni de lacerarnos sin piedad, si no la que construya una perspectiva a futuro, poner todos los temas a discutir arriba de la mesa, con responsabilidad y respeto, sobre todo a los militantes frenteamplistas, para poder elaborar una hoja de ruta que nos posicione como una oposición firme en estos próximos cinco años.
En honor a José “Pepe” Mujica, cierro con dos pensamientos propios para este momento: “No acompaño el camino del odio, ni aun hacia aquellos que tuvieron bajezas sobre nosotros. El odio no construye. Esto no es pose demagógica, esto no es cosa de andar eludiendo el bulto, esto no es cosa de poner una cara linda; estos son principios, cosas que no se pueden hipotecar”. “Triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae”.
¡Viva el Frente Amplio!