
En la Estación de Cría de Fauna Autóctona de Pan de Azúcar (ECFA), Maldonado, nació Clemente. Pero no hablamos de Clemente Estable, el maestro, investigador, filósofo y pedagogo que marcó el desarrollo de la ciencia en Uruguay. Hablamos de un pequeño cérvido de la especie Ozotoceros bezoarticus que llegó al mundo como fruto indirecto de su gran legado, que, casualmente, nació el mismo día que él. El nacimiento del pequeño Clemente es el esfuerzo de años de investigación y promoción de la conservación biológica que lleva adelante Susana González, responsable del Departamento de Biodiversidad y Genética del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable.
MONUMENTO NATURAL
Este venado, declarado monumento natural de Uruguay en 1985 por su delicado estado de conservación, presenta un problema de consanguinidad, lo que empobrece su variabilidad genética y disminuye su capacidad de supervivencia. Y es que para tener buena salud, la diversidad también es necesaria a nivel genético. Por eso este hecho es tan especial: Clemente no solo nació por reproducción asistida y se encuentra en excelente estado de salud, también posee una combinación de información genética única, proveniente de un ejemplar que vive en cautiverio, su progenitora, y otro que vive en libertad en los pastizales de Salto, su progenitor. Además, al ser un ejemplar macho, favorecerá los futuros esfuerzos de conservación, ya que podrá reproducirse con varias hembras.
MAYOR DIVERSIDAD
La inseminación artificial permite introducir mayor diversidad genética, y asegurar que las nuevas generaciones de venados sean saludables y capaces de reproducirse, tanto dentro de la ECFA como en otras áreas. Este nacimiento es, sin dudas, una gran noticia para la conservación de la fauna autóctona y un paso firme hacia un futuro esperanzador para el venado de campo.