sábado 14 de junio, 2025
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Los tiempos actuales

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Las sociedades actuales estamos transitando momentos muy turbulentos, donde los espacios de convivencia están en permanente disputa, entre fuerzas encontradas.
Si bien la historia mundial ha sido un sinfín de contiendas, guerras, competencia entre imperios, países, bloques, hubo momentos donde lo colaborativo primó por sobre lo confrontativo.
Generalmente, los grandes desastres aúnan las voluntades, mientras que los tiempos de avances las enfrentan, en un permanente movimiento pendular en la línea del tiempo.
El momento actual transcurre, a pesar de los augures del desastre, con enormes mejoras en la calidad de vida de las sociedades, avances en infraestructura, altos niveles sanitarios, mejoras en la alimentación mundial, todo sin perjuicio de excepciones y en algunos casos muy graves en esos indicadores. Nadie al día de hoy puede desconocer los avances, a pesar de las injusticias que aún permanecen.
En momentos donde suenan tambores de guerra en Oriente Medio, destrozos en Europa Oriental, problemas migratorios por todos lados, en nuestro barrio Latinoamericano, da la sensación que se van encendiendo las mechas poco a poco.
Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela y Cuba ni hablar, se están crispando, y todo como consecuencia de lo que explica Newton en su tercera Ley, aquella que habla de la acción y reacción.
Esta ley representa una cierta semejanza en toda la naturaleza.- Las fuerzas enfrentadas, siempre ocurren en pares. Si un objeto ejerce presión sobre otro, se produce la misma una misma presión espejo sobre el primero.
Las sociedades se están enfrentando por la búsqueda del poder solamente, y no por lo que debe de ser el fin último de la política, que es la solución de problemas.
Los líderes actuales, no se esfuerzan por aplicar modelos de sociedades que garanticen el bien común, y el mejoramiento colectivo, en cambio se ufanan por conquistar parcelas de poder que les aseguren la protección contra el adversario.
Al Uruguay de hoy, aún no le ha llegado totalmente el contagio de esas actitudes, aunque se están encendiendo algunas alarmas que no deberíamos de perder de vista.
El civismo y la tolerancia, aún permea en nuestra sociedad, sin embargo, se está notando cada vez más, esas dualidades de criterio, según de que lado se está parado del mostrador.
Es el fiel reflejo de aquella máxima del que “te digo una cosa y también te digo lo contrario”, que lleva siempre a la justificación y nunca a la autocrítica, que siempre es muy sabia y superadora de frustraciones.
Esperemos que como sociedad podamos surfear esta ola, que nos empequeñece.