Por Pablo Vela
En el contexto gubernamental, el éxito de un gabinete departamental depende en gran medida de las cualidades y habilidades de los directores que lo integran. Estos líderes tienen la responsabilidad de gestionar y coordinar las diversas políticas y actividades de un departamento, hechos que terminan impactando directamente la calidad de vida de los ciudadanos. Es por ello que la idoneidad y capacidad de los elegidos son elementos esenciales para garantizar un gobierno eficiente, transparente y cercano a las necesidades de la sociedad.
De hecho, en campaña, algo que señalamos como un elemento a mejorar y a modificar era la elección de esas personas que serán quienes ejecuten directamente las políticas que el Intendente planificó y entiende necesarias para el departamento: decir que sean capacitados e idóneos parece estar de más pero visto lo ocurrido en los últimos años es preferible reiterarlo pero además los motivos, los porque. No pueden ser premios de una “buena votación”, si esa lista “bien votada” no tiene la persona indicada no puede quedar el intendente atado, no puede Salto volver a quedar atado al pago de un favor de buen aporte de votos o de dinero para la campaña, que también se puede dar.
IDONEIDAD: FACTOR CLAVE EN LA TOMA DE DECISIONES
La idoneidad de un director no solo implica su formación académica y experiencia profesional, sino también su integridad, valores éticos y su compromiso con el servicio público. Un director idóneo es alguien que tiene un profundo conocimiento de la materia que dirige, y que, además, posee la capacidad de tomar decisiones equilibradas y acertadas en contextos complejos. La idoneidad también está relacionada con la capacidad de establecer relaciones de confianza con su equipo, los actores políticos y la sociedad civil, facilitando una gestión coherente y orientada a objetivos.
Cuando los directores son verdaderamente idóneos para sus puestos, se reduce el riesgo de malas decisiones, corrupción o favoritismo, elementos que suelen mermar la efectividad del aparato estatal.
CAPACIDAD: HABILIDAD PARA EJECUTAR Y ADAPTARSE
La capacidad de un director se refleja en su habilidad para gestionar recursos, coordinar equipos de trabajo, tomar decisiones bajo presión y adaptarse a cambios rápidos. En un gabinete departamental, cada director debe ser capaz de enfrentar los desafíos que surgen a nivel administrativo, financiero y político. Esto implica la capacidad de gestionar presupuestos de manera eficiente, optimizar procesos internos y desarrollar estrategias que respondan de manera proactiva a los problemas que surgen.
Además, la capacidad de liderazgo es crucial para fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y motivar a los empleados públicos. Un director capacitado no solo debe contar con conocimientos técnicos, sino también con la habilidad de comunicarse con claridad, tomar decisiones basadas en evidencia y ser flexible ante los cambios. La gestión pública requiere una constante capacidad de adaptación, ya que las necesidades de la sociedad son dinámicas y cambian según el contexto. Contexto que debe ser conocido, otro elemento que le agregaríamos si buscáramos mayor excelencia aún. Recorrido, barrio, charlas, calle.
Por el contrario, un gabinete donde los directores carecen de idoneidad o capacidad puede llevar a una gestión ineficiente, con recursos mal administrados, políticas públicas erráticas o incluso a la corrupción. Esto puede generar desconfianza en la ciudadanía y, a largo plazo, socavar la legitimidad del gobierno.
CONCLUSIÓN: NECESIDAD DE UNA SELECCIÓN RIGUROSA
La idoneidad y capacidad de los directores no deben ser elementos que se tomen a la ligera. Es fundamental que las autoridades encargadas de nombrar a estos líderes tomen decisiones basadas en un proceso de selección riguroso, que contemple no solo los méritos profesionales, sino también la integridad, visión y compromiso con el bienestar público.
Tiempo al tiempo, buenos augurios y alta expectativa genera la Coalición Republicana en Salto.
