martes 15 de julio, 2025
  • 8 am

VSR: experimento con nuestras embarazadas

Carlos Arredondo
Por

Carlos Arredondo

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Por Carlos Arredondo.
Les tengo una mala noticia: Todos somos “conspiranoicos”. Nos guste o no, las teorías de conspiración son parte de nuestro cotidiano.
Desde que el juez estaba comprado y por eso no cobró el penal, pasando por que la realidad es que tal político metió gente para que trabajen electoralmente para él, hasta llegar a la peluquería y escuchar que fulanita dijo tal cosa porque en realidad anda buscando tal otra.
Con estos tres ejemplitos básicos –y burdos, lo admito- intento mostrar que pasamos gran parte de nuestra vida “conspirando”. Lo hacemos aunque la versión oficial indique que el delantero se tiró -y no hubo foul- , que eran necesarios los ingresos, y que fulanita afirme que sus intenciones eran las que ella explicó.
La mayor parte de las veces nuestras teorías se basan en nuestra intuición, o en alguna verdad a medias, pero las defendemos como si estuvieran comprobadas científicamente y no haya lugar a dudas.
Mil veces le embocamos y otras tantas le erramos. Y así transcurre nuestra vida. Y entre pequeñas teorías conspirativas vamos formándonos, gestando nuestra personalidad y nuestra manera de entender el mundo. Esa formación, plagada de teorías conspirativas equivocadas y ciertas, hizo que, como sociedad, llegáramos a la conclusión que nuestros políticos nos mienten.
Aunque jamás hayamos escuchado a un político confesar una mentira, y le creamos mas a unos que a otros, nuestro subconsciente sabe que, en mayor o menor medida, nos mienten y manipulan… ¡TODOS!!
Pero por alguna extraña razón, nuestra intuición se va apagando a medida que el tamaño de la mentira crece y cuanto más grande es la mentira, o la manipulación, mas grande es nuestra credulidad. Y si la mentira además de grande, llega desde lo institucional, olvídate; caemos rendidos ante el relato oficial.
Y eso es lo que, en estos mismos momentos, está ocurriendo. Me explico (y para hacerlo debo recordar lo que nos dice la ministra de Salud, Dra. Cristina Lustemberg, cuando llama a nuestras embarazadas a vacunarse contra el virus sincicial respiratorio): “Las infecciones respiratorias pueden ser muy graves en los recién nacidos, y el virus sincicial respiratorio es la primera causa de hospitalización en los bebés menores de 6 meses. Hoy tenemos una herramienta clave para protegerlos: La vacuna VRS PreF. Si estás embarazada entre las semanas 32 y 36, vacunarte es la mejor manera de pasarle a tu bebe los anticuerpos que necesita en sus primeros meses de vida. Es segura y es gratuita y está disponible en todo el país. No esperes. Vacunate y ayudanos a prevenir las infecciones, las internaciones y los riesgos innecesarios en los recién nacidos. Consultá donde vacunarte en la web de la comisión Honoraria de la lucha anti tuberculosa. Cada dosis cuenta”(extraído de la web del MSP).
Para que entiendas la mentira, la vacuna que recomienda como “segura” es apenas un experimento. Así como lo lees. De acuerdo a la página oficial de la EMA (Agencia Europea de Medicamento) la vacunase llama ABRYSVO, es fabricada por Pfizer, y según lo que la propia empresa aclara en el prospecto, provoca “riesgo potencial de nacimientos prematuros”, “Reacciones adversas fetales/neonatales” y “no ha sido evaluado por el potencial de causar carcinogenicidad, genotoxicidad o deterioro de la fertilidad”.
Además advierte de “limitaciones en la efectividad de la vacuna”, recomienda un intervalomínimo de dos semanas para la administración de la vacuna triple bacteriana (contra tétanos, difteria y tos convulsa), al contrario de lo que promueve la campaña del MSP. Destaca que “no se ha establecido la necesidad de revacunación en embarazos posteriores”. Y lo peor de todo: La vacuna está en fase experimental (el ensayo solo se realiza en Uruguay y Argentina) hasta el año 2027. Un “detalle” que la ministra omitió decir en su video institucional. Como también omitió decir qué pasa si el experimento sale mal.
Toda esta información gana luz pública gracias a la investigación realizada por el colectivo Libertad Sanitaria Uruguay.