sábado 2 de agosto, 2025
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Encuentro de presidentes de izquierda en Chile ¿Es imparable el avance de la derecha radical?

Daniel Dalmao
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Por Daniel Dalmao
El lunes 21 se reunieron en Chile los presidentes de izquierda Pedro Sánchez de España, Gustavo Petro de Colombia, Lula da Silva de Brasil, Yamandú Orsi de Uruguay y el anfitrión Gabriel Boric.
El lema del encuentro fue “Democracia Siempre”. La idea de esta cumbre fue de Pedro Sánchez y Lula da Silva cuando se encontraron en octubre pasado en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas donde se manifestaron preocupados por cómo hacer frente a los extremismos y la desinformación de las redes sociales. Los presidentes afirmaron que volverán a encontrarse en setiembre en Nueva York. Para esta instancia está previsto se incorporen varios presidentes más como Claudia Sheinbaum de México, Xiomara Castro de Honduras, Cyril Ramaphosa de Sudáfrica y los primeros ministros Keir Stamer de Reino Unido, Mark Carney de Canada y Mette Frederiksen de Dinamarca.
Nos parecen legítimas las preocupaciones expresadas en este encuentro, ya que los avances de la derecha radical en distintas partes del mundo traen aparejado siempre retrocesos para el campo popular. En Europa ya son gobierno en varios países y segunda fuerza en otros tantos. Allí, en el otrora próspero continente, vemos hoy notorios retrocesos en el nivel de vida de los trabajadores, dificultades cada vez mayores para acceder a la Seguridad Social, discriminación hacia los inmigrantes, xenofobia y violencia. Los gobernantes apuestan irresponsablemente a la guerra como única salida, subordinándose al gobierno de los EEUU.
En nuestro continente tenemos como ejemplos paradigmáticos de esta expresiones peligrosísimas, a los presidentes Donald Trump de los EEUU y Javier Milei de Argentina junto al ex presidente Bolsonaro de Brasil. Estos personajes tienen en común varias cosas, entre ellas la agresividad con la que se dirigen a todo aquel que piensa diferente, el desprecio por los derechos conquistados por las minorías, el conservadurismo con que conciben las relaciones sociales y el negacionismo ante los problemas que afrenta la humanidad como el cambio climático y las pandemias. Bolsonaro intentó dar un golpe de estado para impedir que Lula asumiera el gobierno legítimamente conquistado. Trump hizo lo propio promoviendo el asalto al Capitolio, ahora volvió a la presidencia en una versión “recargada” desatando guerras comerciales a diestra y siniestra-aunque su objetivo número uno es China-, bombardeando Irán y sosteniendo a Israel en su criminal genocidio del pueblo palestino. Al interior de su país ataca a los inmigrantes, a las Universidades, a la intelectualidad, quita derechos y rebaja las condiciones de vida a las clases populares, etc. Todo según él para “hacer de nuevo grande a América” (MAGA por su sigla en inglés), claro se refiere a “su América”, es decir A los EEUU. Lo de Milei no deja de asombrarnos continuamente, lo que está haciendo con el pueblo hermano es un cruel experimento social. Está llevando adelante un durísimo ajuste sacrificando a los trabajadores, a los jubilados, a los discapacitados, a la enseñanza pública y entregando el patrimonio de los argentinos privatizando las empresas públicas. Todo lo hace en medio de un discurso delirante, del autobombo permanente y descargando un odio desproporcionado hacia todo aquel que no lo aplaude.
Los peligros que conllevan los avances de la derecha radical y el autoritarismo están a la vista. El problema es ¿Por qué llegamos hasta acá, cuales son las principales causas? ¿Cuánto tiene que ver el desarrollo tecnológico, los cambios en las condiciones del trabajo? ¿Cuánto influye la “voracidad” sin límite del gran capital por las ganancias? Pero, quizá la interrogante más importante para los que aspiramos a una sociedad más justa, más igualitaria sea: ¿Cuánto tiene que ver esto con los limites-autoimpuestos o no- de los gobiernos progresistas, el no haberse animado a profundizar más los cambios?
El futuro de la humanidad mucho tiene que ver con como respondamos estas interrogantes.