viernes 22 de agosto, 2025
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MGAP presentó objetivos del Plan Nacional contra la Garrapata

Avisos judiaciales

El control de la garrapata se ha transformado en uno de los principales desafíos sanitarios de la ganadería uruguaya. Así lo señaló el Dr. Carlos Fuellis, médico veterinario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), durante su disertación titulada «Plan de control nacional: lo que vamos a mejorar», realizada en el marco de la jornada «Hacia una estrategia efectiva para el control de la garrapata en Uruguay», organizada por la plataforma de salud animal de INIA junto al MGAP.
Fuellis explicó que el trabajo de su equipo comenzó el pasado 1 de marzo, en coincidencia con la tercera generación de garrapatas, momento crítico por el aumento de prevalencia y dispersión del parásito. «Los mensajes y las llamadas nos hacen pensar en que estamos frente a una emergencia parasitaria. Hay un aumento importante de predios con garrapata, una dispersión no deseada hacia zonas libres y un incremento de predios con multirresistencia», subrayó.
El impacto del problema se refleja también en la sanidad del rodeo. «Hay un aumento de la morbimortalidad de ganado debido a la presencia de hemoparásitos. Coincidió que comenzamos a trabajar en el momento de mayor cantidad de muertes o animales enfermos», indicó. En ese marco, recordó que «no es lógico que, mientras el ministro Fratti propone un proyecto para aumentar la cantidad de terneros, esos terneros se terminen muriendo por tristeza parasitaria».
A este escenario se suma la preocupación por los residuos en productos de origen animal, lo que representa un riesgo tanto para el consumo interno como para los mercados internacionales.
Objetivos generales del plan
El MGAP enmarca el nuevo plan de control dentro de una estrategia nacional de salud animal. Según detalló Fuellis, los objetivos centrales son tres: «Controlar la garrapata en la zona endémica al norte del Río Negro y en el este del país, erradicar la garrapata en la zona libre, y trabajar bajo el enfoque de ‘Una Salud’, que es la tendencia mundial para enfrentar enfermedades animales con impacto productivo y sanitario».
El primer objetivo específico consiste en contar con un diagnóstico certero de la situación actual. «Es un insumo necesario, imprescindible, saber dónde estamos parados. Queremos conocer cómo se ha desparramado la garrapata tanto en la zona control como en la zona libre», afirmó el profesional.
Para ello se están utilizando «sensores diagnósticos», como registros de multirresistencia, diagnósticos de hemoparásitos, interdicciones y expedientes sanitarios. Con esta información se construyó un mapa de dispersión actualizado a julio. «Muchos predios que hoy están libres pueden tener garrapata mañana, y viceversa», advirtió.
El último relevamiento nacional integral data de 1998. «En aquel momento se inspeccionó a todos los predios y bovinos en apenas tres meses. Desde entonces nunca más se repitió un trabajo de esa magnitud», recordó. En la actualidad, la estrategia es diseñar un muestreo estadístico que permita visitas focalizadas y un diagnóstico representativo a nivel país.
Reducir la morbimortalidad
Otro eje prioritario es bajar la mortalidad y pérdidas económicas vinculadas a los hemoparásitos. «Estamos trabajando para mejorar la disponibilidad de hemovacunas. En 2017 se usaban 8.000 dosis; hoy estamos cerca de 400.000, entre lo que produce y vende Dilave y lo que genera un laboratorio privado», señaló.
El plan apunta a incrementar la premunición en predios de alto riesgo, una herramienta prevista en la Ley 18.268. «Queremos aumentar el uso de la hemovacuna para minimizar pérdidas y muertes. También sugerimos que en los rodeos de riesgo se realice inmunización y su correspondiente chequeo», explicó.
Asimismo, se busca un registro real de predios que utilicen la herramienta, con el fin de que técnicos privados y oficiales puedan trabajar en prevención, diagnóstico y seguimiento.
Erradicar la garrapata en zonas libres
La legislación obliga a erradicar cualquier foco en áreas libres. «Cada vez que un predio de la zona limpia presenta garrapata, legalmente tenemos la obligación de erradicarla», indicó Fuellis. Para ello se fortalecerá la epidemiología aplicada y la investigación de cada foco.
En departamentos como Canelones, San José y Colonia se han detectado situaciones complejas que actúan como reguladores de dispersión. El objetivo es georreferenciar los problemas y trabajar con un esquema de buffer, similar al aplicado en la lucha contra la brucelosis.
La amenaza de la multirresistencia
Uno de los grandes desafíos técnicos es la resistencia a los productos garrapaticidas. «La garrapata reacciona a la presión química que le hacemos, defendiéndose genéticamente. Ese fenómeno va a seguir ocurriendo, pero tenemos que buscar fórmulas para retardarlo», expresó.
Fuellis enfatizó la necesidad de fomentar diagnósticos de resistencia. «Existe una sensación térmica de que hay cada vez más garrapatas resistentes, pero en términos de diagnósticos estamos muy por debajo. El año pasado hubo 180 en Dilave y entre 200 y 300 en INIA, frente a un universo de decenas de miles de productores», ejemplificó.
También se promueve el uso responsable y registrado de productos veterinarios, así como el apoyo a la investigación en alternativas bioacaricidas. «Estamos respaldando el desarrollo de tres vacunas y el uso de hongos, con un registro que desde febrero permite habilitar estas herramientas», explicó.
Residuos
Otro de los objetivos es eliminar los residuos de garrapaticidas en carne y otros subproductos. «No podemos seguir tentando al destino. Cuando aparece fipronil en China quedamos expuestos, y muchas veces no tenemos una explicación convincente», alertó.
Para ello se busca revitalizar la planilla de control sanitario, aunque en un formato más amigable para los productores. «La mayoría anota los tratamientos en la libreta del capataz o en el almanaque del galpón, pero no en la planilla oficial. Tenemos que encontrar un sistema práctico, incluso digital», reconoció.
Asimismo, se plantea reactivar el programa El Vigía, implementado en 2018, que registraba la compra de acaricidas en veterinarias. «Ese sistema cayó en desuso y hoy solo capta el 15% de la realidad. Queremos revitalizarlo en conjunto con la industria veterinaria», indicó.
Marco legal
Fuellis subrayó la necesidad de volver a aplicar cabalmente la Ley de Garrapata Nº 18.268, aprobada en 2008, que provee todas las herramientas necesarias para enfrentar esta emergencia parasitaria. Se propone derogar decretos posteriores que, según el MGAP, modificaron el espíritu de la norma.
En la zona de control, el objetivo no es la erradicación obligatoria, sino la reducción de pérdidas productivas mediante planes sanitarios elaborados entre productores y veterinarios de confianza. En las zonas libres, en cambio, la erradicación es de cumplimiento obligatorio. Estos planes permitirán definir estrategias predio a predio, con especial atención en casos de multirresistencia, mortandad por hemoparásitos o incumplimiento de vecinos que generan riesgo de dispersión.

Planes sanitarios
El plan apuesta a evolucionar hacia un seguimiento más estricto mediante planes sanitarios prediales, diseñados en conjunto entre el productor, su veterinario y el servicio oficial. «El plan sanitario es una herramienta de diálogo. En la zona control permite minimizar pérdidas y en la zona libre obliga a erradicar», afirmó Fuellis.
También se modernizará el sistema de despacho de tropas. «El 40% de los movimientos que requerían despacho se hacían sin cumplir la normativa. Con el despacho electrónico, antes del embarque un veterinario cargará el certificado, garantizando que la tropa se mueve libre de garrapata», explicó.
A esto se suma la intención de reorganizar puestos de control en rutas estratégicas y de implementar controles móviles al estilo de «aduanas sanitarias».
Un enfoque interinstitucional
El veterinario destacó la importancia de la coordinación entre actores públicos y privados. «No hay manera de enfrentar este problema en soledad. La autoridad oficial tiene la responsabilidad, pero necesitamos integrar a todos los que están relacionados con la garrapata», sostuvo.
En este marco, participan instituciones como INIA, Plan Agropecuario, Facultad de Veterinaria, Sociedad de Medicina Veterinaria, Cámara de Especialidades Veterinarias, Academia Nacional de Veterinaria, Instituto Pasteur, gremiales de productores y diversas reparticiones del MGAP.
«Desde el primer día nuestra vocación fue integrar a todos los actores. Varias instituciones ya están colaborando y queremos fortalecer esa red. Como dice Ortega y Gasset, varios puntos de vista construyen un mejor paisaje», concluyó.
Extensión y sensibilización
El plan incluye además una fuerte campaña de comunicación y extensión. «Cada vez que vamos a un lugar aprendemos más de lo que llevamos. El intercambio con productores y técnicos es fundamental», remarcó Fuellis.
La capacitación de jóvenes veterinarios dentro del servicio oficial también será clave. Un grupo de más de veinte profesionales recibirá formación específica para trabajar exclusivamente en el tema garrapata, integrados al resto de la estructura sanitaria.
El Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata que será presentado oficialmente el próximo martes 26 de agosto busca abordar una problemática compleja y de gran impacto para la ganadería uruguaya. Basado en diagnóstico, prevención, control sanitario, innovación tecnológica y articulación institucional, el proyecto pretende fortalecer la sanidad animal y la competitividad de los sistemas productivos.
«Tenemos una clara vocación de trabajar todos juntos. No hay otra forma de enfrentar esta emergencia parasitaria», sintetizó Fuellis en el cierre de su presentación.