Hace dos décadas Carlos Gerolami retornó a Salto y se dedicó a colaborar desde dentro en las formativas del básquetbol de Nacional, donde fue campeón salteño en 1968. Al igual que los más chicos, quiere que al menos en estas categorías se pueda jugar y en diálogo con CAMBIO también recordó sus épocas de jugador.
«Estamos a la espera que esta pandemia pase lo antes posible. La idea, al menos en formativas, es jugar y jugar, sea cuando sea, aunque sea en verano, por los chiquilines más que nada. En mi caso hace años (veinte) estoy dando una mano en las formativas de Nacional, por eso entiendo al gurí a esta edad», comenzó.
LA IMPORTANCIA DE FORMAR
«Las formativas de básquetbol cumplen un factor social muy importante dentro del club. No se qué sería de esta institución como tal sin el básquetbol; fíjese que hasta noventa chicos juegan, se reúunen a entrenar, y a su vez estos llevan a los padres, los tíos, abuelos. Es increíble lo que el básquetbol genera en el club, pero sin actividad no nos hacemos idea lo que sería el gimnasio, un galpón viejo sin uso».
«Nacional hace mucho trabaja muy bien las formativas. Desde que volví a Salto estoy apoyando el trabajo de formativas. Deberíamos estar muy fuertes en todas las categorías, pero qué pasa… se nos llevan por año muchos gurises a jugar a Montevideo, lo que deja disminuido el potencial. Junto a José Luis Testa en formativas tenemos a un hombre de la casa, que siente los colores de la institución. Se venía trabajando bien hasta el coronavirus. De todas maneras por Internet se le está mandado ejercicios a los chicos para que entrenen en sus casas, que sigan practicando básquetbol hasta que esto pase y volver al entrenamiento y la competencia. Nuestro pensar es que en formativas se juegue a nivel local y después se verá el Integración con Paysandú y el TLN».
«En el caso de Nacional, siempre trabaja de forma ordenada, organizada para que los gurises estén bien. Tenemos esponsores que tenemos y los valoramos mucho, pero que este año no tenemos cara para ir a cobrarles, si no hubo actividad. De todas formas, hacemos rifas, vendemos pasteles, los padres se encargan de hacer cosas para generar en el aspecto económico, sumado al apoyo de la directiva del club que es muy importante también, que no me quiero olvidar».
«JUGÁBAMOS EN CANCHAS DE TIERRA»
Gerolami recordó su pasado como jugador, muy diferente a la actualidad.
«Sin dudas que los tiempos han cambiado. Cuando yo empecé a jugar al básquetbol en Nacional tenía 13 años. Jugábamos en una cancha de tierra colorada, similar a la de tenis, en la que se pasaba como un lampazo y después un cilindro para dejarla pareja, para después pintar el rectángulo, marcar la cancha con cal, y la pelota era de cuero. En esos tiempo existían categoría menores, estaba sólo una U16 de hoy, que jugaba los sábados. Después estaban reserva y primera».
«Antes no había nada de las cosas que existen hoy, ni televisión había. Yo salía en bicicleta a recorrer la zona y si Nacional estaba con actividad me quedaba para practicar básquetbol. Hoy es muy difícil que se centre todo en el básquetbol. Tuve la suerte de jugar en primera con Bernanrdo Zuchi, un técnico argentino de formativas que llegó a Nacional, el “Perro” Torres que nos dejó mucha enseñanza, cosas como el ‘ABC’ del básquetbol como los fundamentos, como picar una pelota, sacarse un contrario de arriba, desmarcarse, saber tirar al aro, que nos sirvió mucho después en primera, donde perdimos varias finales con Ferro, que en ese entonces ya tenía equipazos, grandes jugadores. Hasta que ganamos un campeonato salteño de básquetbol. Ese año entrenamos hasta una tarde de navidad, en doble ritmo le ensayábamos poniendo cubiertas de bicicleta en el suelo. Había muchas ganas de jugar y de ganar algo, algo que hoy se ha perdido».