Por Daniel Spinelli.
Desde hace mucho tiempo se escribe, y se seguirá escribiendo, sobre las manifestaciones desconocidas en la Estancia La Aurora. Desde hace más de 40 años, cuando se visualizaron las primeras apariciones lumínicas en el cielo de la zona y las marcas extrañas en el suelo de la estancia, sigue llegando gente con afán de ver “algo”, y algunos ven “lo que vinieron a ver”. ¿Por qué? Porque todo lo desconocido es de interés, porque todos quieren ver lo que otros vieron, o lo que nadie vio.
Son 44 años desde aquel 1976 donde aparecieron los signos del supuesto contacto extraterrestre y que el imaginario de la gente fue dando forma, a su gusto, a medida que el boca a boca crecía.
La estancia, ubicada al otro lado del río Daymán, sobre el camino que lleva a Tierras Coloradas, a Bella Vista y otros parajes rurales del norte de Paysandú, fue objeto de visitantes de todas partes del mundo que creían que la estancia era una zona de aterrizaje de naves extraterrestres. En sus alrededores acampaba gente de todas partes a como diera lugar, para observar, por las noches, como “aterrizaban las naves”. Obviamente, muchos se fueron sin ver nada, otros vieron algo, pero no sabían explicar lo que habían visto, y otros vieron lo que quisieron ver. Los más escépticos prefieren buscar explicaciones con alguna respuesta científica.
Aún hoy, por el cambio generacional, la gente sigue ávida por saber ¿Qué pasó en La Aurora? ¿Qué es lo que se ve por las noches? A veces leemos en las redes sociales comentarios de mucha gente sigue yendo de noche y viendo luces, formas, movimientos y vaya a saber cuántas cosas más; lo real es que científicamente no hay nada probado.
Los actuales propietarios de La Aurora, hijos de Don Ángel Tonna (fallecido) tampoco quieren ahondar en el tema, porque soportaron durante mucho tiempo la invasión a la privacidad familiar, solo los allegados a la familia saben lo que vivieron durante muchos años. Por eso prefieren guardar silencio sobre “ese” tema, y como decía don Don Ángel Tonna: “Cada cuál que saque sus propias conclusiones”.
Lo importante de todo esto es no mezclar los fenómenos acaecidos en La Aurora hace 44 años, y que para muchos siguen sucediendo, con los milagros del Santo Padre Pío, milagros que miles de fieles pueden dar fe de ellos. De todas maneras acá presentamos algunos testimonios de los misterios de estancia La Aurora.
LUCES POTENTES
El primer acontecimiento sucedido en 1976 fue cuando se divisaron las primeras luces, tan potentes que lastimaban los ojos de los asustados habitantes de la estancia. Según un relato llegaron a ver una fuerte luz circular de unos tres metros de diámetro que descendía en forma pendular. Unos instantes después ascendió de forma vertiginosa, introduciéndose en otra de mayores dimensiones. Casi al mismo tiempo del hecho narrado se produjo un apagón en la ciudad de Salto, a 10 kilómetros de la estancia.
Al día siguiente se pudo comprobar que en el lugar de la visualización el pasto estaba quemado de forma extraña, no como si hubiera habido fuego, sino como que una gran plancha gigante se hubiera posado en el lugar. Los postes y tramas de los alambrados estaban quemados, un perro calcinado, un motor eléctrico quemado, y un gigantesco ombú literalmente perforado al centro. Este ombú, vivo aún, que brinda mucha sombra, mantiene hasta el día de hoy la marca de aquella potente luz que acompañó un gran tronar. En ese gran hueco ingresaban diferentes especies de pequeños animales… pero no volvían a salir, allí morían, sin despedir olor a putrefacción, disecados.
CAMPAMENTO MILITAR
Ese mismo año se encontraron en la estancia tres eucaliptos caídos que marcaban como flechas un lugar especial. A Ángel Tonna esto le llamó atención, pero con el tiempo se olvidó del asunto. Unos meses más tarde se acercó al lugar un regimiento de soldados llegados de Montevideo que tras pedir autorización a Tonna acamparon al costado del río Daymán, lugar que supuestamente marcaban los tres eucaliptos caídos.
Lo que ocurrió la noche que acamparon no se sabe con certeza, y hoy integra parte de los misterios de la estancia. ¿Qué sucedió esa noche? Nunca se supo. Allegados a la estancia aseguran, al parecer, tuvieron una mala experiencia, un susto grande, que los llevó a retirarse sin revelar lo ocurrido.
INVESTIGACIONES
La Comisión Receptora Investigadora De Denuncias OVNI (Cridovni), es una comisión interna dependiente de la Fuerza Aérea creada el 7 de agosto de 1979 por el Ministerio de Defensa, integrada por personal militar en actividad, personal militar retirado y civiles. Cridovni investigó aquellas denuncias que los ciudadanos hicieron sobre objetos que veían en el cielo y que les llamaban la atención por ser manifestaciones extrañas a las que no están acostumbrados.
Brindaron su informe y manifestaron que no hay ninguna manifestación extraña en La Aurora, simplemente lo atribuyen a la caída de un rayo que fue el que quemó un árbol, perforó un ombú y mató animales que andaban en los alrededores. No hallaron radiación ni nada que fuese anormal. Lo llamativo de las afirmaciones de Cridovni es que el día que ocurrieron los hechos no había tormentas, era una noche estrellada.
HECHOS INEXPLICABLES
Sin embargo han ocurrido una serie de hechos misteriosos que no tienen explicación, uno de ellos tuvo como protagonista al periodista Daniel Bianchi y su equipo de producción, que tenía un programa llamado “Vía Aérea” en Canal 5 (SODRE).
Bianchi viajaba seguido a Salto junto con su camarógrafo Mario Corrales y su productor Nilser Viazzo. Un día pretendieron filmar y grabar audio de lo que les narraba Don Ángel Tonna y a pesar de haber acudido con tres baterías cargadas de la filmadora, no pudieron filmar ni registrar nada, pues misteriosamente se les agotaban las baterías. Volvieron al día siguiente, nuevamente con las baterías cargadas a full y se llevaron la sorpresa de que no podían filmar.
Otra anécdota fue cuando un albañil, al cual se le encargó hacer un galpón en la estancia, aceptó el trabajo y dijo que por ser verano se quedaba a dormir en el campo, así al día siguiente comenzaba temprano. Al otro día, cuando fueron a ver el progreso de su trabajo, notaron que el albañil no estaba. En ese preciso momento lo vieron llegar en bicicleta.
Consultado dijo que con lo que había visto esa noche le bastaba para no quedarse más de noche acampado ahí, que prefería irse antes del anochecer y volver al otro día temprano. Lo cierto es que el hombre se trasladaba todos los días en bicicleta desde Barrio Artigas hasta La Aurora con tal de no quedarse de noche.
MARCAS EXTRAÑAS
Como ya dijimos son muchos los relatos sobre visiones de luces extrañas y avistamientos de Ovnis (Objetos Voladores No Identificados), en las proximidades de la estancia.
Algunos acampantes han contado que por las mañanas, aún cuando en toda la noche no se hubiera escuchado un solo ruido, encuentran misteriosas huellas en el pasto, como si un objeto muy caliente se hubiera posado y quemado la gramilla. Otros cuentan haber divisado luces de colores o bolas de fuego que recorren a una velocidad muy lenta el aire del descampado y que de pronto ascienden con una propulsión imposible hacia los cielos, donde se pierden para siempre.
Lo que no tiene discusión es que muchas personas que han visitado La Aurora dicen sentir una “energía diferente”, difícil de explicar y que solamente en ese lugar la pueden percibir.
Fue el caso del Ing. Guido Bassler, presidente, en aquel entonces, de la Asociación Argentina de Radiestesia, (comúnmente llamados radomantes) quién con un equipo especial de medición de energía comentó que en el único lugar que medía tan alto nivel de energía era en el cerro Uritorco en la provincia de Córdoba, Argentina.
UNA BOLA DE FUEGO SOBRE EL TAJAMAR
Otro de los relatos que sin dudas llama la atención es la que narró Álvaro Izaguirre, periodista salteño hoy radicado en España. Él, junto a otros amigos también salteños, entre ellos el colega Luis “Toni” Suetta, tuvieron una experiencia inexplicable, y ocurrió una noche cuando con un grupo de amigos celebraron un asado en las inmediaciones de la estancia. Luego de cenar, Izaguirre y Suetta, junto con otros integrantes del grupo, decidieron recorrer el campo y caminar hasta un tajamar distante unos 1.000 metros de donde estaban. Cuando se iban aproximando al espejo de agua, una esfera de “fuego” de gran tamaño se les apareció en el horizonte e iluminó el lugar. Paralizados del miedo nadie hablaba de lo que habían visto, pero todos fueron testigos de la aparición. Nunca pudieron explicarse qué fue lo que vieron. Simplemente describen una “bola de fuego” que luego de aparecer fue desapareciendo en la oscuridad de la noche.
Consultado para este trabajo, Luis Suetta confirmó el relato de Izaguirre, y dijo: -“No tengo problema en decir lo que vi, yo lo cuento a quienes me preguntan, y el que quiera creer que crea y si no me da lo mismo, pero lo que cuenta Izaguirre es así. Además también estaban (y nombra otras personas) que vieron lo mismo que nosotros. Fue impresionante, una experiencia increíble, pero que en el momento nos dejó petrificados”.
LAS VISITAS DE ARMSTRONG
Neil Armstrong, -el primer hombre en pisar la luna-, habría visitado la estancia en más de una ocasión, pero no en carácter de investigador de la NASA, sino como turista interesado en La Aurora.
En una de sus visitas se instaló en una de las casas que tiene el predio al norte del casco de la estancia. El astronauta del Apolo 8 habría compartido con Tonna fotos que personalmente había sacado a objetos raros.
Más allá de que algunos han intentado negar la visita de Neil Armstrong, se asegura por allegados que vino a Salto como periodista de una revista especializada a investigar el tema OVNI, porque era una persona que le apasionaba el tema. En la casa donde pernoctó aún se conserva un dibujo que Armstrong plasmó en una de las paredes donde se puede interpretar el espacio y personas que él llamaba seres supremos.
Se han registrado denuncias de OVNIS en varios puntos del país, como Paysandú, Durazno, San Ramón en Canelones, las Sierras de Minas, Piriápolis, la Laguna Negra en Rocha, pero la Estancia La Aurora sigue siendo uno de los puntos más místicos del Uruguay hasta el día de hoy.
LA INVASIÓN DE LAS SECTAS
Los hechos y enigmas que han ocurrido en La Aurora a través de los años, no solo han generado el interés de quienes se interesan por estos temas, sino que ha sido una oportunidad para líderes de organizaciones religiosas de dudosa procedencia. Hay grupos religiosos que visitan la estancia y realizan rituales de sanación o de conexión energética que nada tiene que ver con La Aurora. Hace algunos años se instaló cerca de la estancia un Centro Espiritual que se denominó “Aurora”, pero que no tiene ningún tipo de vinculación con La Aurora y con la familia Tonna Rattín. Se han visto rituales de todo tipo, hasta personas de blanco con los ojos vendados y amordazados, grupos que invocan a la energía de chamanes y han conquistado seguidores basándose en lo que ocurre en la estancia. Por todo eso la familia se mantiene al margen, y permanentemente evitan hablar del tema. Además, lo que más les molesta es la asociación errática que hacen algunos de lo místico con el Santo Padre Pío.
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