¿Qué es sensatez?
Por Gerardo Ponce de León
Dentro del momento que nos ha tocado vivir, me preguntaba ¿qué es sensatez? Y como ustedes saben, recurrí al diccionario para saber que dice: «Condición de sensato, prudencia» Esto me lleva a sensato: «Cuerdo, juicioso, prudente».
Creo, que hoy día, amén de la liberta responsable, tiene que primar la sensatez. Hay problemas que han logrado tener una razón o un porque suceden, y nos olvidamos que hace mucho tiempo que existen, y existirán. Pero como tenemos una razón o un justificativo, y tenemos por costumbre el buscar un culpable, y nunca o rara vez, nos miramos en un espejo, para ver la cuota parte de nuestra culpa.
La situación de calle, el hambre, y tantos problemas que tiene nuestra sociedad, no son de ahora. Las ollas populares o comedores, no son de hoy. Cuando leía, en este diario, la cantidad de comedores o de gente que son asistidas por el Estado o la Intendencia, me hacía pensar en cuantos lugares existen que hace años que se da de comer a gente que están en situación precarias, y que en muchos casos, se han mantenido por el aporte de la gente que trabajan o hacen la comida, y están en el anonimato.
Esa gente son: cuerdos, juiciosos, prudentes y lo hacen en silencio. Y nosotros ¿Los vemos, le prestamos atención? Les tengo que ser sincero, son mucho más las veces que ni me acuerdo de ellos de las que me acuerdo.
Así como en mi escrito anterior, les decía de los grandes olvidados de la sociedad: «los abuelos», estos también forman parte de nuestro olvido. La razón: nos ocupamos de nosotros. Es acá donde falla nuestra libertad responsable; es esta la falencia de la sociedad, la cual, en su gran mayoría, nos olvidamos de mirar a nuestro costado, ya que es más fácil no ver que mirar para luego ver nuestros defectos, que son los que dejan estas secuelas.
Da la impresión que esta pandemia está buscando atacar o terminar con la gente mayor. Gente que, en muchas oportunidades, son un libro abierto de conocimientos, experiencias de vida, de los cuales tenemos mucho que aprender. Lo que más tenemos que tener grabado es que cuando se van, se llevan un badajee de cosas que son imposibles de llegar a conocer o aprender; y los maestros únicos son ellos.
Debe de haber visto corrales o cercos divisorios de piedras en nuestros campos, ¿pensó alguna vez como se hacían? En un viaje de trabajo, en Minas de Corrales (Rivera), me presentaron a un señor mayor, humilde, el cual se vanagloriaba de tener muchas piezas de oro. Bastaba con mirarlo y a simple vista, se veía que algo de cierto tenía su comentario. Me contó, cómo los trabajadores de las minas, embromaban a los dueños, y se quedaban con piedras chicas, con buena veta de oro. Cosas que se ignoran, pero que son realidad. Gracias a este señor, pude andar dentro de una de las minas. Hoy día me doy cuenta que no sabría nada, ni como es; por más que uno vea; las minas, los carros y lavaderos.
Esa es la historia, muy pequeña, de una realidad que está en la mente de los adultos mayores, de nuestros abuelos. De ahí el pedido de cuidar y proteger a nuestros abuelos, en forma cuerda, juiciosa y prudente, que es lo mismo que decir: con sensatez. Cuando se podía visitar a los abuelos, en un Asilo, nos podíamos encontrar con gente, ya que en su mayoría es gente de campo, con este tipo de historias que les digo.
Pensemos un poquito en ellos, pensemos que mañana somos o podemos ser nosotros los que nos encontremos en ese lugar y nos preguntamos: ¿nos gustaría estar ahí, así como está o en algo mejor, más confortable?