miércoles 5 de febrero, 2025
  • 8 am

El deporte no contagia

Sol

Las autoridades gubernamentales nos han dejado sin actividad futbolística durante todo 2020 promulgando no sólo normativas prohibicionistas sino también discursos arbitrarios, unidireccionales, faltos de discusión y de debate académico.
Coartaron uno de los beneficios más grandes para la salud (sino el más) como la práctica del deporte. Desconociendo o negando publicaciones científicas, obligan al uso de tapabocas en vez de estimular la libre respiración de oxígeno. Llevan al sedentarismo en vez de alentar a agilizar el metabolismo, a mover la sangre y reforzar el preciado el sistema inmune. Imponen temor en vez de dar fuerzas. Acallan en vez de escuchar. Promueven el sarcasmo ante una segunda versión, que existe de parte de expertos de los más altos niveles en el mundo, a los que hay que buscar en pequeños rincones porque los medios más importantes tienen miedo de desviarse de la línea «normal», resguardándose de la crítica.
Veinticuatro horas al día los 365 días del año repitiendo la misma información de información performativa, limitando la posibilidad de ser personas libres de escuchar y pensar. ¡Y pobre de aquel que se anime a sacar un dedo de su burbuja!
En los diferentes ámbitos han hecho estragos. En particular, en lo que refiere al deporte, han quitado la libertad en todas las disciplinas. Estas se han ido retomando reducidamente pero algunas hasta llegan a tener entrenamientos con tapabocas, alimentándose cada uno de sus propios desechos cuando más los están eliminando.
La competencia ha sido de las más castigadas y en ella obviamente el deporte amateur, aquel que no recibe financiación o al que la televisación le paga muy poco comparado con el profesional. Ese escenario tampoco ha cambiado mucho en este comienzo de 2021. Quienes administran las actividades deportivas tienen las mejores intenciones de poder competir, pero la realidad no es sencilla.
En nuestro medio se ha jugado en formativas y hay que aplaudir el aporte que se ha realizado de forma externa. No viene al caso recordar desde donde llegaron los recursos, sino resaltar que hoy se juega en el Consejo Único Juvenil. Eso es lo bueno. Estimulemos la práctica, que es fundamental, sobre todo para los más chicos y que lo sigan haciendo.
Pero hay que exigir que también se pueda jugar a nivel de mayores. Que el fútbol del interior y así también el básquetbol, puedan contar con público, que es la única forma, aunque sea con aforos reducidos y extremando las medidas.
Los clubes y las ligas saben que es la única alternativa viable y tienen que luchar por lograrlo. Otros espectáculos se realizan con mucho público y la ambigüedad de las permisiones no se explica por ningún lado.
Quizás entienden que el deporte contagia un virus. Quizás, como alienta una publicidad televisiva, pretendan que nos resignemos a la «nueva normalidad». No. Queremos que lo único que nos contagie sea el deporte.
Si no se libera la habilitación para al menos una limitada asistencia de público vamos por el mismo camino del año pasado. Hay trabajo para dirigentes y autoridades. Aún estamos a tiempo.
Freddy Aguirrezábal