
La pandemia y suspensión de actividades, sobre todo de {índole deportiva, ha llevado a contribuir en un elevado porcentaje de niños y adolescentes que se sitúan por encima de su peso saludable. Nutricionistas han explicado que según la última Encuesta Nacional de Salud, cerca de un 29% de la población de 2 a 17 años sufre problemas de peso, o bien obesidad (16,94%) o bien sobrepeso (11,98%), una cifra que está más de tres puntos por encima que en 2012, cuando esta población significaba un 25,6%.
ALARMANTE SITUACIÓN
Para hacer frente a esta alarmante situación, se considera que se debe fomentar una correcta educación nutricional alimentaria no solo con campañas de sensibilización, sino también insistiendo en la alimentación diaria, tanto en las familias como en los comedores escolares. Al margen de la alimentación que reciben en las escuelas, clubes de niños o centros de ayuda comunitaria, está comprobado que a nivel del hogar los niños y adolescentes es el grupo de edad que peor come. Para los nutricionistas que trabajan en los equipos de seguimiento de este segmento de población toma con bastante frecuencia bebidas azucaradas y presenta un elevado consumo de harinas, dulces y ultraprocesados, al margen del etiquetado de productos con altos contenidos en azúcares, sal y grasas de mala calidad.
SEDENTARISMO
Si a eso se le añade un modo de vida más sedentario, la falta de actividades físicas, recreativas y la adicción de algunos niños a los juegos electrónicos que los inmoviliza durante horas, el problema se multiplica y se advierte por parte de los profesionales que los niños obesos se transformarán en adultos obesos. Las encuestas que se han desarrollado a nivel nacional indican que “cinco de cada siete adolescentes con sobrepeso mantendrán ese estado de adultos”.