Por Leonardo Vinci.
«Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.»
Esta conocida frase es atribuida al Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, aunque parece que viene de más lejos, ya que bien podría pertenecer a un consejero de Alejandro Magno.
O sea que la frase es tan vieja como la mentira misma.
La publicación independiente «Psyciencia» interpreta que para Goebbels, al igual que para los adeptos a la filosofía maquiavélica (es decir, propia de Nicolás Maquiavelo), el acto de mentir debería ser analizado y evaluado más allá del prisma de la moralidad para extraer de él una utilidad innegable: la de influir en la sociedad.
De este modo, la figura pública tendría que estar preparada para adecuar, deformar e incluso crear conscientemente versiones distorsionadas de los hechos y transmitirlos posteriormente a una audiencia que, si bien podía resistirse a su aceptación, terminaría cediendo- como decía Goebbels- por la repetición de la mentira.
En nuestro país, hemos constatado que desde los sectores que impulsan la derogación de la LUC se han puesto en práctica acciones propagandísticas propias de Goebbels, destinadas a engañar a incautos o ignorantes.
A través de un spot publicitario difunden frases tales como «No voy a dejar que privatices la escuela pública a la que van mis hijos…»
Sobre el particular, el periodista conductor del programa «Santo y seña» le preguntó recientemente a quien fuera presidente del Pit Cnt, Fernando Pereira: «¿Algún artículo de la LUC plantea privatizar la escuela pública?» a lo que el ex dirigente sindical no tuvo más remedio que responder (y reconocer): «Ningún artículo plantea privatizar, pero debilita lo público».
Los impulsores de la derogación de la Ley de urgencia han ido más allá- mucho más allá, dado que maestros- haciéndose acompañar por niños con túnica y moña- han desfilado por las calles portando grandes pancartas con la leyenda «Para que la escuela siga siendo pública, gratuita, laica y obligatoria: NO a la LUC».
Como se verá, la presencia del pensamiento de Goebbels está presente, ya que éste creía que: «Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.»
Lo cierto es que no existe en la LUC disposición alguna que tenga que ver con privatizar nada, ni en primaria, ni en ninguna rama de la educación.
Ha dicho el ex senador Profesor Manuel Flores Silva que mediante estas prácticas «Lisa y llanamente se intenta embaucar a un pueblo entero. A lo bestia.»
Lo de la privatización, pues, «es una invención, a sabiendas de que es una invención, (que proviene) de los responsables políticos del intento de derogación de la LUC. Es un himno a la mentira, una loa a las fábulas, con la intención de generar alarma entre los padres de más de 300.000 alumnos de la enseñanza pública primaria del país. Esta absoluta falsedad busca generar, asimismo, el rechazo de la población en general hacia la Coalición republicana. Es una instigación al desprecio popular.»
¿Qué podemos agregar?
¡No tienen vergüenza!
¡Qué bajo han caído!
