martes 30 de abril, 2024
  • 8 am

Productores de nueces pecan crearon un ingenioso método de control de loros que arrasaban cosechas

Por Carlos Arredondo
Ricardo Josman junto a su hermano Hugo tiene un establecimiento productivo en las afueras de Montevideo, donde desde hace muchos años apuestan a la producción de nuez pecan. Desde hace unos 8 años comenzó un paulatino ataque de bandadas de loros, que diezmaban la producción hasta en un 50%. Los Josman intentaron varias soluciones, pero todas sin resultado alguno, hasta que hace unos 4 años, un técnico del INIA les aportó una ingeniosa medida, que si bien no ha solucionado totalmente el flagelo, es cierto que ha reducido fuertemente el estrago. CAMBIO dialogó con Ricardo Josman, quien para comenzar aclaró que; “yo estoy en las afueras de Montevideo, cerca de Toledo Chico, y nos dedicamos a los nogales pecan, y tenemos 10 hectáreas plantadas con estos árboles. Desde hace unos 7 u 8 años empezaron a venir los loros, y fue cada vez más, y cada vez más y el destrozo es impresionante, del orden del 40 o 50%. Me vaciaban los árboles”, recordó.
“INTENTAMOS DE TODO”
El productor explicó además que “cuando vienen a comer no esperan que la fruta esté madura, y comen antes, y picotean y lo que se cae ya no sirve, entonces el destrozo es impresionante. Y no encontrábamos ninguna solución; Las cazábamos con escopetas, después con chumberas de micro pistón. Después contratamos cetrería (*), y gente que las cazaba con Pega-pega, y cazábamos de a cien, o ciento cincuenta por día, y al otro día volvíamos y parecía que no habíamos matado ni una”.
PROGRAMA “GUARDIANES SALVAJES”
En su relato, Josman continuó recordando que “charlando con un técnico del INIA, me contó que tenían un programa que se llama “Guardianes Salvajes”, donde la idea era que aves de rapiña, que son los enemigos naturales de las loras, se aquerencien en el lugar y creen un espacio de peligro para ellas; Como diciendo: “Acá es donde nosotros vivimos”. Para que eso se consolide hay que esperar unos cuantos años, “nosotros vamos por el 4to año de experiencia y ha bajado muchísimo. De un 40 o 50 % de pérdidas estamos en un 25 o 20 %, lo cual para nosotros es muchísimo”, dijo.
LA SOLUCIÓN
Ricardo Josman, nos contó cómo fue que aplicaron el proyecto aportado por el técnico de INIA: “Hicimos atalayas, que son palos altos, con una base arriba, y ahí le ponemos comida, le ponemos loras muertas y sobre todo los caranchos se han acostumbrado a que nosotros le damos el alimento y cuando están las loras, no le damos alimento y ellos persiguen a las loras. Tenemos caranchos, gavilanes, gavilán mixto”, dijo. Según nos explicó, el concepto no implica que los loros abandonen la zona, por el contrario “sigue viniendo y sigue comiendo, pero el tema es que en vez de comer 8 o 9 horas, está muchas horas en las puntas de los árboles en alerta, con miedo y sin comer, por eso cada vez son menos las horas que comen, y esa es la solución que hemos encontrado por ahora”, aseguró el productor. “Nosotros matamos unas 2000 (loros) por año, entre marzo y fines de junio, que es lo que dura la cosecha, y al próximo año vuelven todas otra vez; matarlas no es la solución”, expresó.

(*) NdeR: La cetrería es el arte de adiestrar aves rapaces para cazar animales libres en su medio natural.