Por Pablo Perna
Esta semana (19 de marzo) se conmemoró fecha de nacimiento de José Pedro Varela, que con 31 años de edad fue el impulsor de la educación pública en nuestra República; reforma basada en tres principios: gratuidad, obligatoriedad y laicidad; había aceptado el cargo de Director de Instrucción Pública en 1876 y muere en ejercicio del cargo el 24 de octubre de 1879, por una pulmonía a los 34 años. Su reforma queda por el camino, por lo que el Presidente de la época designa como su sucesor a Jacobo Varela, hermano de José Pedro, quien seguirá adelante con la misma.
Este sistema educativo que todos los políticos y educadores actuales adoran sin objeciones, fue diseñado por el gobierno dictatorial cívico- militar del Coronel Lorenzo Latorre, quien asume como gobernador provisorio de facto en 1876, hasta 1880. Mientras luchaba como militar le habían otorgado el cargo de “General” el cual no lo acepto para dar un ejemplo a los políticos y militares de la época, que pelaba por la República y no por los “cargos” que le dieran.
Latorre fue cuestionado por utilizar el poder con despotismo y crueldad; y perteneciendo al Partido Colorado depura su interna asesinando, haciendo desaparecer y deteniendo a sus opositores políticos. Varela que provenía de clase social acomodada, a diferencia de Latorre con orígenes humildes, tenían la misma edad, llegando a la presidencia también con 31 años. Varela acepta el cargo que le da Latorre afirmando: “acepto el puesto para el cual se me nombra, con el firme y decidido propósito de servirlo fielmente… en pro de los intereses públicos y sin mengua de la dignidad del ciudadano y del hombre”.
Latorre que ha sido duramente criticado y no ha tenido grandes reconocimientos, hay que admitir que fue el promotor de Varela y por ende fue uno de los padres de la educación uruguaya gratuita, obligatoria y laica, aprobándose en su gobierno el decreto- ley de fecha 24 de agosto de 1877, de “Educación Común” donde se establecen por primera vez en América Latina una educación basada en estos tres pilares.
Latorre pacificó y modernizo al Uruguay, monopolizando para el ejército la utilización de los fusiles Mauser y Remington por lo que pudo llevar adelante no solamente la reforma educativa a mano dura y plomo, sino también otros proyectos modernizadores. Impulso las comunicaciones más modernas de la época (telégrafo), aumento las vías de transporte hacia los lugares más alejados (ferrocarril), modernizo el poder judicial sustituyendo el poder de juzgar de los alcaldes por jueces, afianza la propiedad privada mediante la aprobación del Código Rural y alambrado de los campos, entre otros logros que perduran hasta nuestros días. Aun así, el 13 de marzo de 1880 renuncia a la presidencia sosteniendo «los orientales son ingobernables» y se retira al exilo a Buenos Aires.
En otra columna analizaremos si los programas de estudios trazados por Varela, fundados en la educación prusiana que perduran hasta el día de hoy, siguen teniendo vigencia para obtener independencia económica. Robert Kiyosaki, el autor de uno de los libros modernos más vendidos en el mundo “Padre Rico, Padre Pobre”, realiza un interesante análisis al respecto que compartiremos, donde tira por tierra la vigencia de dichos planes en la actualidad para poder triunfar.
Al conmemorarse fecha de nacimiento de José Pedro Varela queríamos compartir estas líneas y analizar los motivos por el cual no existe en ninguna escuela pública de la República ningún tipo de reconocimiento a quien hizo posible que la escuela pública en el país sea obligatoria, gratuita y laica.
