Por Cecilia Eguiluz
El fin de semana observando las noticias políticas de Salto, por momentos pensé que miraba un partido de ping pong, donde se pasaban “la pelota” entre Secretario de la Presidencia y el Intendente de Salto.
Resulta, que llegó a Salto el Secretario de Presidencia y realizó una conferencia de prensa en el Hotel Salto, para decirnos a los salteños que el desempleo descendió, que bajo la informalidad laboral, que hay millones de dólares de inversión, que el país vive una etapa de crecimiento económico, que el gobierno nacional ha hecho una inversión histórica en Salto, y que la intendencia es la que tiene que conseguir inversores.
Por otro lado el Intendente, hace su “saque” y le contesta que “se hagan cargo” y que “encaren” en forma urgente políticas para el litoral.
La situación del departamento es grave, para mí, ver esos mediáticos cruces de acusaciones, sin que existan medidas concretas para solucionar los problemas, parecen una tomadura de pelo.
No se pueden evadir con discursos políticos los problemas de la gente, porque Salto está con 14.2% de desocupación, o sea hay unas 17.500 personas que no tienen trabajo. La informalidad sigue en aumento y los zafrales no están llegando a los requisitos para obtener el seguro de desempleo.
Hace meses que venimos diciendo que, al no haber tomado medidas para paliar la inevitable diferencia cambiaria con Argentina, era evidente que iba a haber un decrecimiento en la actividad económica. Estos dos factores, el desempleo y la disminución de la actividad económica, generan un clima aún más adverso y que inevitablemente ocasiona problemas sociales que perdurarán en el tiempo.
Sumado a ésto miles de personas están endeudadas y son cientos también los que están cayendo día a día en el circuito del endeudamiento que, con los altos intereses que se cobra es casi imposible salir. La mayoría de las deudas son de préstamos al consumo, o sea las familias se endeudan para alimentarse y comprar lo básico para la subsistencia.
Es absurdo pensar que se puede cambiar la realidad de nuestro país hermano, Argentina, y de hecho nadie ha planteado eso, pero igualmente impensable es, que el gobierno nacional y su equipo económico no hagan nada para intentar revertir la situación que viven los departamentos del litoral.
Desde el año 2020, cuando aún los puentes estaban cerrados, el Senador Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto, presentó el primer proyecto de ley, advirtiendo que debían tomarse medidas antes de que se abrieran los puentes. Luego se sumaron otros legisladores, se han presentado muchos mecanismos viables e interesantes y NADA hizo el gobierno nacional, ni una sola medida eficiente aunque sea para controlar el daño.
Hoy, la situación ya es grave, porque los comerciantes están endeudados, algunos cerrando sus negocios y otros haciendo malabares para sostenerse y esto no es un problema solo de los “empresarios” como piensan algunos, sino de todos, porque con cada comercio que cierra, o que se “achica”, se pierden más puestos de trabajo.
Según algunos números a los que tuvimos acceso, por mes unos 9 millones.
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