Por Cecilia Eguiluz
Es muy conocida la frase que dice «la política es dinámica», con eso muchas veces se pretenden explicar decisiones, posturas, o ser imprecisos cuando las cosas no están claras. Y es de recibo ya que el dinamismo en el accionar político, como en cualquier conducta social es de esperarse.
Hoy precisamente les quiero comentar lo que he estado percibiendo a nivel departamental de un tiempo a esta parte. Cuando retome la actividad política en el año 2021, luego de varios años de estar alejada, me encontré con que había un tema obligado en todas las conversaciones: ¿habría coalición departamental o no?
Recuerdo que hace 2 años mucha gente decía, “tiene que haber coalición”, “tienen que hacer el esfuerzo”, otros directamente decían «tienen que juntarse y ganarle al FA». Yo escuchaba, preguntaba y ponía atención en los fundamentos que cada parte esgrimía.
La base del razonamiento era que esas personas no querían a Lima como Intendente, denostaban su gestión, e incluso algunos habían sido víctimas de sus nefastas decisiones cuando dejó en la calle a 252 personas. Pero, sobre todo, la crítica a Lima radicaba en que utiliza la Intendencia como una agencia de colocación de compañeros y amigos; eso es algo que su propio Partido tanto había criticado de los partidos tradicionales en anteriores gestiones.
Por otro lado estaban quienes veían en Albisu a un político diferente, lo suponían alejado de los vicios del amiguismo y la promesa fácil. Con el paso del tiempo y ya estando en la culminación de un período de gobierno, cada día me encuentro con más gente desilusionada y ya no tan preocupados por si “sale o no la coalición departamental”. Es innegable que crece la sensación de que Lima, Coutinho y también Albisu resultaron ser muy parecidos.
La realidad es que hoy ya ninguno de ellos es amateur, todos pasaron por la experiencia de la gestión pública. Lima en la Intendencia con dos periodos, Coutinho con uno, pero que en la última elección dejó al Partido Colorado con números históricos similares a los post crisis de 2002.
La novedad era Albisu que, si bien no logró ningún cargo electivo, está siendo juzgado por su gestión en CTM. En estos meses las críticas a su gestión no han sido pocas, acusaciones de amiguismos, clientelismo, así como decenas de cargos por designación directa a sus dirigentes; la creación de mecanismos paralelos para contrataciones; las prejubilaciones millonarias; las reservas de cargo para mantener a sus designaciones; esos son algunos ejemplos. Por otra parte, lejos de haberse desmentido estas decisiones de gestión, hace pocos días un Senador de su propio partido, consultado sobre esto manifestaba: “esas cosas a mi no me gustan” informando que lo iba a tratar dentro de su partido. En definitiva, confirmados los hechos, fueron motivo de malestar interno, al igual que se escucha en las charlas con la gente de Salto, que se indigna al enterarse de varias noticias de la gestión de CTM.
No solo la política es dinámica, como decíamos al principio, sino que no hay que perder de vista que las circunstancias cambian, se va conociendo a la gente por sus acciones, y que el electorado percibe estas cosas con gran inteligencia, aunque haya políticos que tiendan a subestimarlos.
Por eso creo que hoy los ciudadanos estamos más preocupados por los problemas diarios, como por ejemplo el endeudamiento, en lugar de preocuparse de si hay o no coalición, entre otras cosas porque ya conocen en la gestión a quienes sí están preocupados por las próximas elecciones.
