Por Cecilia Eguiluz
La semana pasada, Guido Manini Ríos finalizó una de sus giras anuales por todo el país, recorriendo una vez más los 19 departamentos. Desde que fue elegido Senador de la República, ha mantenido la constancia de realizar giras para llegar a cada rincón de Uruguay, sin importar que falte mucho tiempo para las elecciones. Ya en el 2020, cuando su partido no tenía ni un año de existencia, comenzó con esta práctica, algo que, en lo personal, me parece destacable y que evidencia su vocación por lo que hace. Repite estas giras dos o tres veces al año y, como hemos escuchado decir, solo la pandemia interrumpió este proceso. Ha denominado a estos encuentros «Cara a Cara con Manini», y cada vez más personas se acercan a escucharlo, ya sea en un local partidario, social o incluso en alguna plaza.
Hoy quiero destacar el trabajo que viene realizando Manini, un líder que sin dudas tiene los pies sobre la tierra, recorriendo miles de kilómetros y escuchando a la gente. Algunos podrían pensar que esto es lo que deben hacer los políticos, y coincido con ese planteo. Por eso mismo destaco a Manini Ríos, quien ha tenido la constancia de estar presente, de escuchar, desde que decidió enfrentar el desafío de la actividad política, una tarea compleja para la cual no tenía ninguna obligación. Podría haberse retirado cómodamente o ser un Senador más, de los que prácticamente solo vemos por televisión. Sin embargo, él se destaca en su tarea legislativa y en la conducción de un partido que, en sus inicios, muchos subestimaban. Todo esto lo hace sin perder de vista su conexión con la gente a la cual visita permanentemente en sus giras.
En el día que finalizó su última visita a los 19 departamentos del país, Manini estaba en San José y fue entrevistado en una radio local. Allí, compartió cómo mantener ese contacto con la gente le permite poner en la agenda los temas que verdaderamente preocupan a la ciudadanía. Por eso afirmó: «Nuestras propuestas políticas están teñidas de una preocupación por solucionar los grandes problemas de los uruguayos», como el endeudamiento familiar, las adicciones, el alto costo de vida, la falta de empleo y la seguridad.
«Interpretar el sentir de la gente es la esencia de todo político, y por eso el político jamás puede perder el contacto con la gente». Estas reflexiones del líder de Cabildo Abierto son importantes. Personalmente, me satisface poder contribuir a su cruzada, ya que las ideas que expresa contienen conceptos trascendentales y vocacionales que no se quedan solo en el discurso. Día a día, Manini demuestra su gran capacidad de trabajo y su seriedad para poner en práctica estas ideas.
Es posible que Manini Ríos sea una figura con la que algunos lectores no comulguen o incluso hayan estigmatizado sin darse cuenta. Sin embargo, creo que, pasados estos pocos años de su vida política, muchos empiezan a mirarlo sin prejuicios. Tengo la sensación de que la sencillez, seriedad y firmeza de Manini Ríos van ganando el respeto de muchos ciudadanos que, quizás, al escuchar a algunos analistas políticos, pensaban que era una figura que ingresaba a la política como un outsider destinado a desaparecer. Me temo que les está demostrando que se equivocaron porque Manini Ríos vino para quedarse y liderar, escuchando a la gente.
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