viernes 22 de noviembre, 2024
  • 8 am

Misma “patología”

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Por Pablo Vela
Hace algunos años el médico y periodista argentino Nelson Castro, haciendo gala de sus profesiones antes mencionadas realizó una polémica pero contundente y clara editorial en uno de sus programas de televisión.
Luego de una declaración de la ex presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner (audiencia pública por la causa del memorándum con Irán) analizó el discurso y expuso a su real entender manejos, expresiones, tonos que le llamaron la atención, emparentándolos con una supuesta “patología”.
Decía Castro que la ex presidente “es negadora de la realidad” y en referencia a la salida mediática reciente la acusaba de “…hacer un show”. El periodista, que también es médico neurólogo, ironizó: “La escuchamos… Yo cada vez que veo a la vicepresidenta de la República hago un diagnóstico de su patología. Está clara, ¿no? Esa negación de la realidad”.
Además dijo Nelson Castro: “Fue interesante escuchar a Cristina Fernández de Kirchner. Siempre es interesante. Interesante no significa que sea bueno, sino que es interesante por la posibilidad de corroborar cosas: su patología, su personalidad patológica y su negación de la realidad”; “Sobre el discurso de la vicepresidenta del pasado viernes, sostuvo: “Cristina no esgrimió ni un solo argumento defensivo concreto. ‘Yo hice esto, esto y esto’. Todo fue la confusión. Cuando en una defensa, lo que se esgrimen son elementos de confusión es porque no se tiene cómo defender.”
Vale destacar que esas características de la personalidad de Cristina Fernández ya habían sido subrayadas por el periodista muchos años atrás: súper ego, violencia al expresarse, hablar sin decir nada, no terminar las oraciones, etc.
Pero luego de ésta última declaración señalada, fue más allá y también manifestó que entendía que Cristina padecía del síndrome de hubris. ¿Qué es el síndrome de hubris?
El síndrome de hubris es un trastorno psiquiátrico que afecta a las personas en posiciones de poder, por ejemplo, en el ámbito político, y que se potencia cuando el paciente incrementa su éxito. Está vinculado al ego desmedido y se dice que es “lo contrario a la sobriedad”. Algunos de sus síntomas son: tendencias narcisistas; visión alterada sobre sí mismos; exaltación; confianza excesiva en sí mismos; impulsividad y una incapacidad para quedarse quietos.
Nelson Castro fue atacado y “desmentido” por varios actores de la comunidad científica argentina, esgrimiendo que no era ético “diagnosticar” sin previa consulta, etc.; algunos lo apoyaron en su razonamiento pero todo se fue diluyendo, ni las supuestas demandas iniciadas contra el médico y periodista tuvieron andamiento.
En otras oportunidades agregaba Castro que se notara con la violencia exacerbada a la que se respondían preguntas o a veces hasta hablando sobre cuestiones que ni se le preguntaban.
En un asunto tan delicado como la salud mental, nada puede decirse a la ligera ni sin los estudios correspondientes, sin la ayuda correspondiente, en definitiva sin la contención que cualquier ser humano en una mala situación de este tipo merece tener.
Pero los debates que abrió Nelson Castro, inclusive desde antes de ésta opinión puntual de la que escribimos, permitieron reconocer o prestar mayor atención al manejo de las palabras, de los gestos, de los tonos, de los gobernantes argentinos.
Parece acertado entonces comenzar a prestar atención, no para “diagnosticar”, cosa que no podríamos hacer nunca pero sí para entender un poco más las declaraciones, los discursos de algunas de las opciones que tendremos de cara a las próximas elecciones internas, nacionales y departamentales.