Por el Dr. Pablo
D. Vela Gadea
Sentirnos seguros, vivir día a día con la certeza de que no ocurrirá un hecho delictivo, de ninguna naturaleza, ni en nuestro entorno ni en nuestro círculo social cercano o nuestra ciudad, es un ideal compartido.
Alcanzarlo parece ser difícil, irrealizable pero no por ello dejaremos de buscar soluciones para abordar este problema evidente.
Desde hace años, hemos escuchado análisis de diferentes situaciones, propuestas, excusas y palabras que molestan a la población víctima de la delincuencia, etc.
Aquellas famosas frases de los encargados de cuidarnos en gobiernos del Frente Amplio: “sensación térmica”, “quien nada hizo, nada debe temer”, “no se resistan ante un arrebato”, “ajuste de cuentas”, etc., solo sirvieron en su momento para exasperar a la ciudadanía que con razón entendía que esas palabras no denotaban un plan de acción efectivo para frenar el aumento de algunos delitos en especial.
Con certeza, la SEGURIDAD “jugó” a favor de quienes hoy gobiernan porque se manifestó como la preocupación mayor de los uruguayos y el giro que había dado el FA en referencia a la seguridad no contempló las necesidades de los uruguayos.
Es frustrante cuando se concibe al delincuente como una “víctima” de la sociedad malvada que no le ha generado oportunidades. Es posible claro que habrá, sobre todo personas jóvenes o muy jóvenes, que terminan en la delincuencia luego de intentar de mil maneras no caer en el oscuro camino delictivo seguramente los haya pero la realidad más grande en términos de estadísticas marca que el delincuente delinque porque quiere y justamente porque quiere delinquir, pensar solamente en aumento de penas no parece ser una solución porque el rapiñero no rapiña pensando en que lo van a agarrar, por ejemplo.
Esa debilidad que le hizo perder el gobierno al Frente Amplio, pretendiendo traer al buen camino ¿? a los delincuentes con simples conversaciones o el que quiso solucionar los hacinamientos carcelarios liberando miles de delincuentes que inundaron el país nuevamente, ahora con un máster en delincuencia, esa debilidad, puede hacerle perder el gobierno a la coalición que lidera el Dr. Luis Lacalle Pou.
El tiempo comienza a ser aliado de la oposición inescrupulosa que espera día a día las novedades de los boletines policiales, según indican las expresiones públicas de sus principales dirigentes “militando” rapiñas, homicidios, violaciones.
Recursos, aportes y consejos recibe el Sr. Presidente por parte de aliados pero parecen no ser recibidos. Los motivos de esos “oídos sordos” los desconocemos pero ya no parecen quedar excusas, lo que se mejoró en un primer momento: apoyo y respaldo al accionar policial, intervención en barrios “calientes”, etc., se fue perdiendo y hoy algunas medidas parecen ser recibidas por la izquierda; solamente pensar en los “evangelizadores” que se pretende poner en marcha nos genera la sospecha de que la cosa no termina bien.
Triunvirato para la Fiscalía General de la Nación: buscando mejor planificación de un aparato que se multiplicó en recursos humanos y en objetivos pero mantuvo su esquema jerárquico; derogación de posibilidad de “negociar” penas en determinados delitos, suprimir la manera de asignar casos “pesados” por parte del Fiscal de Corte, complemento en apoyo de fuerzas militares a los controles policiales, allanamientos nocturnos, son solo algunas propuestas del Diputado Gustavo Zubía, ex fiscal con casi 40 años de experiencia, que duermen en las Comisiones legislativas correspondientes.
Coalición sí, crítica también y aporte de proyectos de soluciones o parte de soluciones también, al menos para sumar a un debate necesario para que la Seguridad no sea también nuestra debilidad.
Que hubo avisos, que existieron aportes, que con el diputado Zubía somos muchos los que queremos que el gobierno no caiga nunca más en manos de populistas, demagogos y delincuentes, no se puede negar.
