Por Gustavo Varela
Luego de unas involuntarias vacaciones, nuevamente nos reencontramos en estas columnas de los sábados, teniendo ya dirimida, la primera de las etapas electorales de nuestro país, como son las elecciones internas.
Nada nuevo bajo el sol ha surgido del acto eleccionario del pasado 30 de junio, en ninguno de los partidos comparecientes.
Desde hace muchos meses, ya se venían vislumbrando en mayor o menor medida, la suerte de las diferentes agrupaciones y candidatos, por lo que tanto los resultados nacionales y departamentales, no produjeron ninguna sorpresa.
Inclusive algo que pasó un poco desapercibido, pero que venía con un antecedente negativo, era la confirmación del Lema Coalición Republicana, que a diferencia de la elección anterior, esta vez se logró obtener el mínimo de votos necesarios, para que dicho Lema sea utilizado en varios departamentos en la elección departamental del año que viene, siendo Salto uno de esos departamentos.
Partido Nacional, Partido Colorado y Cabildo Abierto ya se han pronunciado a favor, y se aspira que el Partido Independiente así lo haga, para que en las próximas elecciones, donde tengamos que elegir al próximo Gobierno Departamental de Salto, se esté en condiciones de utilizar dicha herramienta.
Aparentemente, lo que produjo más ruido, y fue tema de comentario en varias tertulias y redes sociales, fue la conformación de la fórmula blanca, decidida enteramente por quien resultó ganador de la interna, Álvaro Delgado y que recayó, sobre Valeria Ripoll.
El mencionado ruido, se generó sobre el pasado ideológico y político de Valeria Ripoll, que como la gran mayoría sabe, proviene de la extrema izquierda radical del Frente Amplio (Partido Comunista), como así también de su paso por la presidencia de Adeoms Montevideo, uno de los gremios más combativos de nuestro país.
Con toda seguridad, el ruido lo provocó la misma izquierda, que basta, que uno de los suyos anuncie que se encuentra traicionado por el FA, manifestando su intención de apoyar a otra fuerza política, para que comiencen los destratos, las persecuciones, y otras yerbas más, que es preferible no avanzar sobre ellas.
Pero basta que alguien que de algún partido diferente al FA, anuncie su intención de militar en el conglomerado de izquierda, enseguida lo bañan en agua bendita, y queda exorcizado hasta el fin de sus días.
En el Partido Nacional no ocurrió, ni va a ocurrir ningún cisma, y todos juntos cincharemos para volver a triunfar en octubre.
Y en noviembre, cuando se vaya al balotage, nos uniremos junto a nuestros socios de la Coalición Republicana, para llevar a buen puerto un gobierno de unidad, con el cual poder seguir transformando a nuestro querido y bendito país.
Y si algunos, están preocupados por ciertos ruidos y sienten miedo, hagan lo que decía el querido Jorge Larrañaga.
¡Cómprense un perro!
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