sábado 21 de diciembre, 2024
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Estudiantes de Psicología de 3er año de Udelar Salto promueven espacios para la “prevención del suicidio”

Hernandez

Por Melisa Ferradini
Sebastián Vaucher y Soledad Pomi, ambos de 20 años y cursando el tercer año de la carrera de Psicología en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UDELAR), han tomado junto al grupo de la Facultad la iniciativa de involucrarse en la prevención del suicidio como parte de su formación. Ellos participan en una práctica comunitaria en la que ofrecen talleres y charlas orientadas a brindar herramientas de prevención para jóvenes y otros grupos vulnerables. En dialogo con CAMBIO nos cuenta detalles de las actividades que realizan en pos de involucrarse y apoyar a las personas frente a este grave flagelo que vive nuestra sociedad.
EL SUICIDIO
«El suicidio es un tema crítico en Uruguay, un país que cuenta con una de las tasas más altas de suicidio en Latinoamérica», señala Sebastián. «Nuestra práctica nace como una respuesta a esta realidad, con el objetivo de prevenir antes de que la situación se torne irreversible». Los talleres que imparten incluyen información sobre señales de alerta, recursos de apoyo y desmontaje de mitos en torno al suicidio, como la creencia errónea de que quienes hablan sobre suicidio no tienen la intención de llevarlo a cabo. La demanda de estos espacios de prevención ha crecido considerablemente, especialmente entre adolescentes y jóvenes, quienes conforman uno de los grupos con mayor índice de suicidios. «La presión social y las expectativas de lo que se espera de los jóvenes son factores que aumentan el riesgo», explica Soledad. «Muchos se sienten abrumados por la necesidad de cumplir con ciertos estándares como la independencia o la estabilidad familiar, cuando la realidad no siempre se presenta de esa manera».
DESAFIOS
Uno de los mayores desafíos que estos estudiantes enfrentan es la falta de políticas públicas claras que aborden la prevención del suicidio de manera integral. Aunque existen protocolos, ellos destacan que rara vez son implementados o conocidos. «No hay suficientes espacios donde se pueda hablar del tema abiertamente, y esto es algo que estamos intentando cambiar», comenta Soledad. Los talleres, realizados en diversas instituciones educativas, centros comunitarios y hasta en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), permiten a los estudiantes no solo ofrecer información, sino también generar un espacio seguro para el diálogo y la reflexión. «El INR fue una experiencia muy importante», dice Sebastián. «Fuimos con muchos prejuicios y nos encontramos con personas con mucho que aportar y una gran necesidad de hablar sobre sus problemas».
AVANCES
A pesar de los avances, ambos estudiantes coinciden en que aún hay mucho por hacer. «Nos hemos encontrado con instituciones que cierran las puertas por miedo a que hablar del tema pueda agravar la situación», relata Soledad. «Pero la realidad es que ya no podemos seguir tapando el tema, es urgente abrir espacios de diálogo y ofrecer ayuda real». Los estudiantes consideran que la prevención del suicidio debe ser una prioridad dentro de las políticas de salud pública en Uruguay. Además, valoran la necesidad de formar adecuadamente a los futuros profesionales de la salud mental, ya que actualmente la formación en prevención del suicidio es limitada.