Salto se despidió de la Copa Nacional de Selecciones en su rama femenina luego de caer, de forma justa, ante el clásico rival del Litoral.
En el primer tiempo, si bien no se sacaron ventaja, se marcó una tendencia y es la de que Paysandú tenía más aceitado el juego colectivo y, además, gozaba de una preparación física superior a la de su par salteño. En lo táctico se destacó que las sanduceras mostraron muchas jugadoras polifuncionales. Piezas que en el día anterior se habían parado en determinada parte del terreno de juego, en la jornada de ayer se mostraban en otros sectores. Llegó más Paysandú, o, al menos, con más peligro. Díaz en Salto tuvo una labor exigente durante los primeros tres cuartos de hora. La banda de izquierda de la defensa fue un punto débil constante y fue algo corregido antes de salir a la segunda mitad.
De la forma tal vez menos esperada llegaría el quiebre. Golazo desde afuera del área de Arbelo para romper el empate, a poco de empezado el segundo tiempo. Antes Salto había tenido una oportunidad en los pies de Arregui, pero el buen posicionamiento de García determinó que el gol de la rojiblanca no llegase.
Fue más Paysandú a rasgos generales y debe decirse. A Salto le faltó decisión al momento de resolver en el último cuarto de cancha. Mejoró mucho en el juego por los laterales en el segundo tiempo pero no pulió circuitos ofensivos. Paysandú en cambio supo hacer su juego y no dudó en darle la pelota a Da Silva o a Nichglod cada vez que requerían de alguien tuviera la redonda en sus pies.
El partido terminó con algunos pequeños incidentes que se sumaron a la pelea entre dos jugadoras, Arregui de un lado y Carrocio del otro, siendo expulsadas en los descuentos.
Adrián Canosa
