Por Cecilia Eguiluz
La Semana Santa y/o Semana de Turismo, nos ofrece una pausa necesaria en la rutina del año. Es un paréntesis que cada quien vive a su manera: para algunos es un tiempo profundamente espiritual y de recogimiento; para otros, es la excusa perfecta para reencontrarse con la familia, salir al aire libre o simplemente detenerse un poco y disfrutar. Lo cierto es que, más allá del nombre que le pongamos, esta semana tiene un valor especial que nos invita tanto a mirar hacia adentro como a abrirnos al entorno que nos rodea.
En su raíz religiosa, la Semana Santa nos propone acompañar los pasos de Jesús en su camino hacia la cruz, un viaje que va desde el dolor hasta la esperanza de la resurrección. Es un momento ideal para la reflexión, para preguntarnos por nuestras propias cruces, nuestras propias búsquedas, y para renovar la fe, sea en lo trascendente, en los demás, o en nosotros mismos. Las Pascuas, entonces, no son solo un cierre simbólico de esta semana, sino también una invitación a comenzar de nuevo, con energía renovada.
Pero también es cierto que muchos encuentran en esta semana una oportunidad para reconectar con la naturaleza, y en eso, nuestro hermoso departamento de Salto tiene mucho que ofrecer. Este otoño nos ha regalado días simplemente espectaculares con temperaturas agradables, cielos despejados, atardeceres dorados que tiñen de magia el paisaje. No hay mejor escenario para acampar con amigos o en familia, para compartir una buena charla al aire libre, para desconectarse de las pantallas y volver a lo simple.
Quienes aprovecharon estos días para recorrer nuestras zonas rurales, visitar las termas o simplemente tirar una reposera bajo un árbol, seguro sintieron ese alivio que solo la naturaleza puede dar. Porque hay algo en el ritmo del campo, en el rumor de los árboles, en el crujir de las hojas secas bajo los pies, que nos recuerda que no todo en la vida es prisa y obligación.
Como se suele decir, “cuando llega el último ciclista comienza el año”. Es una frase medio en broma, medio en serio, pero refleja una verdad, este receso marca un punto de inflexión. Volvemos con las energías recargadas, con metas más claras y, si tenemos suerte, con el corazón un poco más liviano. Por eso, vale la pena aprovechar cada instante de esta semana, sea desde la espiritualidad, la familia, el descanso o la aventura.
¡Felices Pascuas para todos! Que este nuevo comienzo, ya sea interior, exterior o ambos, nos encuentre más presentes, más agradecidos y más conectados con lo que realmente importa.
