
Por Adrián Canosa.
Volvió a circular por las redes sociales afirmaciones -al parecer sustentadas por estudios clínicos- que manifiestan que el agua de Arapey no es apta para el consumo humano. Al parecer, este discurso no es nuevo y dataría de un video que circuló también por redes sociales desde el 3 de marzo del presente año. Desde CAMBIO nos comunicamos con Gustavo Bentos Pereira, encargado de Termas de Arapey por la Intendencia de Salto, quien explica contradicciones en el accionar y relato del denunciante.
MUESTRA EN LA ZONA DE CAMPING
El referente es claro. “El señor (que denuncia) toma la muestra de la zona de camping que está abastecida por el agua termal. El primer laboratorio expresa “agua de calidad no aceptable” lo cual no es lo mismo que “no apta para consumo”; no pone en disputa la potabilidad del agua”. El segundo laboratorio dice “agua no apta por consumo humano” pero abajo, si se presta atención también dice “este laboratorio no se hace responsable de dónde ni en qué condiciones fueron extraídas las muestras. O sea que el laboratorio mismo donde el denunciante llevó la muestra está poniendo en tela de juicio la veracidad de la muestra. Lo dice el laboratorio, no lo digo yo. Los análisis que este señor publica dicen “residuos de coliformes fecales cero”.
“CIERTA INTENCIONALIDAD”
Bentos Pereira no descarta cierta intencionalidad con fines políticos: “ya nos pasó en otras instancias, de que ponen en tela de juicio o en manto de duda, la potabilidad del agua termal del Arapey. Es importante que se mencione que, las viviendas municipales, gran parte de los alojamientos de la Intendencia de Salto, el centro militar, la colonia de vacaciones, la Escuela Rural 58 y las viviendas donde residen nuestros funcionarios están abastecidas por un pozo que está al norte del Hotel La Terraza. Allí hay un tanque de hormigón enorme en donde se reserva el agua, que se extrae de un pozo semisurgente con una bomba. Esa agua pasa por una sala de cloración, antes de subir al tanque, antes de ser depositada. Ahí tenemos un dosificador de cloro que está programado, controlado y en constante estudio por nuestro personal a cargo del agua, que, según indicaciones de la Clínica Municipal de Bromatología, OSE le sube o baja la dosis de cloro. La Intendencia se ocupa y se preocupa permanentemente de eso”.
NI UNA SOLA DENUNCIA
Otro punto de su argumento es que no hubo ninguna denuncia de enfermedades por el consumo de agua en la zona. “Lo otro que es bastante extraño, si hablamos de que el agua está contaminada, ocurre antes de Semana de Turismo. En Turismo hubo 1500, 1600 personas aproximadamente en el camping y no hubo un caso de diarrea que haya sido denunciado. Nadie nos dijo “mirá, hubo un caso de diarrea por el agua”. Por lo menos desconozco, en los últimos meses, te hablo de siete, ocho o nueve meses para atrás, un caso de diarrea o alguna persona residente con síntomas de algo que se desprenda del pozo de agua fría. Acá viven 310 personas aproximadamente. La mayoría son funcionarios y sus familias”.