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Jueves 18 de Diciembre, 2025 92 vistas

Enero de1897: la langosta invade el río Uruguay

Por Cary de los Santos Guibert 
En enero de 1897, la plaga de langostas alcanzó una magnitud pocas veces vista en el litoral. Los pasajeros llegados a Salto relataban que las aguas del río Uruguay aparecían completamente cubiertas por los insectos, arrastrados en densas masas por la corriente. No se trataba de focos aislados: durante más de veinte leguas, y sin interrupción, los cordones de langosta viva y muerta formaban una capa continua sobre la superficie del río.
EL VAPOR HELIOS
El vapor Helios, en plena navegación, debió enfrentar directamente esta singular y peligrosa situación. Durante aproximadamente tres horas, la nave avanzó entre verdaderas nubes de acrídidos que golpeaban cubiertas, salones y camarotes, dificultando la marcha y alterando la normalidad del viaje.
MEDIDAS DE EMERGENCIA A BORDO
La intensidad de la invasión obligó a adoptar medidas excepcionales. Todas las aberturas del vapor fueron cuidadosamente clausuradas para impedir que los insectos ingresaran al interior. La precaución resultó indispensable, ya que la cantidad de langostas era tal que amenazaba con invadir los camarotes y los espacios destinados a los pasajeros.
TESTIMONIO DEL ASOMBRO COLECTIVO
El episodio causó profunda impresión entre quienes se encontraban a bordo. La navegación fluvial, acostumbrada a los caprichos del río y del clima, se veía ahora desafiada por un fenómeno natural de una escala inesperada, que convertía al propio río en escenario de una invasión inédita.
UN HECHO QUE QUEDÓ EN LA CRÓNICA
La experiencia vivida por el Helios en enero de 1897 quedó registrada como un episodio singular de la historia fluvial del Uruguay. Más allá del asombro, el suceso reflejó una vez más la vulnerabilidad de la navegación ante las fuerzas de la naturaleza y el carácter imprevisible del río.