El día después de la victoria ante Allavena, las anécdotas que ha dejado este campeonato, la confianza al trabajo de 9 meses de jugadores y cuerpo técnico, el convencimiento que se podía era un escalón más luego del salteño que no dio tiempo para festejar mucho y enseguida se vino este campeonato. Al que había que estar bien preparados y Ferro Carril lo demostró para dejar en alto los prestigios del básquetbol salteño todo, fiel al rico historial, otra vez un elenco salteño saliendo campeón afuera y en tierras sanduceras.
El viaje tuvo dos facetas distintas, la concentración que llevaban los jugadores desde que salieron del club, a la vuelta el viaje fue otro, fue tiempo para dar rienda suelta al festejo un campeonato ganado en buena ley. Por más que llegaron sobre las 3.00 horas a la sede, mucha gente de Ferro viajó ayer para alentar al franjeado, muchos en conducción propia debidamente identificados con los colores blanco y negro y otros en excursión. El problema final del reloj que lleva el control de l 24 » de todas formas, se utilizó con criterio, el viejo cronómetro de mano, faltaba un poco más de 3′ con la colaboración de los jugadores más que nada.
Fueron dos copas las recibidas por Ferro Carril que ya lucen en sus vitrinas, una por la obtención del campeonato y la otra brindada por la Municipalidad de Paysandú, el festejo con las copas en alto ante un público que reconoció el trabajo del representante salteño, ante un buen marco de público local que acompañó con palmas a los gallardos campeones. Un gimnasio de Quebracho que lució en sus mejores condiciones, para albergar mucha gente, el espectáculo salió bien, el entorno fue el mejor. Típico de una final, el tema organizativo bien, los árbitros que tanto hablamos estuvieron acordes a las circunstancias.
