sábado 27 de julio, 2024
  • 8 am

Insostenible situación viven residentes del barrio 40 Viviendas debido a familia que siembra temor

Preocupados, cansados, y con miedo de lo que pueda llegar a suceder, varias personas que viven en el barrio 40 viviendas (quienes prefirieron no ser identificadas) -, que está ubicado en Salto Nuevo Sur, atendieron a CAMBIO para denunciar una insostenible situación, que advirtieron, ya ha pasado los límites de «problemas de convivencia».
INTRUSARON LA VIVIENDA
En su relato los vecinos dijeron a CAMBIO, que se trata de una familia, compuesta por una niña, dos varones jóvenes, una mujer mayor y un sinnúmero de personas que frecuentan, «van y vienen».
Los «nuevos vecinos» intrusaron una vivienda, la número 34, del recientemente inaugurado «complejo Ñandé», contiguo al 40 viviendas, cuando luego de ser entregada a su destinataria original ésta la abandonó, dejándola deshabitada, dijeron. Estas personas por sí, y ante sí, ocuparon la vivienda y allí comenzaron los problemas. Desde la llegada de estos vecinos al barrio la policía han tenido que intervenir varias veces en la casa debido a diferentes situaciones «Hasta han encontrado partes de motos robadas. La policía está en conocimiento de todo lo que pasa» aseguraron los consternados vecinos.
ARMADOS
«Hacía varios días que ellos venían apedreando a una familia sola. El viernes estaba acostado y comenzó una lluvia de piedras, tremenda. Salí rápidamente y ya estaban todos los vecinos afuera de sus casa, preocupados porque a todos les había pasado lo mismo. Y todas las piedras salían del la vivienda 34 del complejo Ñándé» dijo un vecino a CAMBIO. Ante esta situación los vecinos fueron hasta la casa intrusada, a pedirles que dejaran de tirar piedras y allí los recibieron con insultos y agravios, y uno de los sujetos, de iniciales P.L., quien – según los vecinos – estaría requerido por la Policía, exhibió un arma de fuego, provocando el pánico entre los vecinos apedreados. Ante esta situación una vecina llamó a la policía y llegó La Republicana, el PADO y otros móviles, pero poco pudieron hacer puesto que los sujetos huyeron hacia diferentes lugares. «Solo agarraron a dos» afirmaron. P.L., quien siempre anda con un arma de fuego encima, «huyó hacia los hornos de ladrillos que hay en la zona».