viernes 22 de noviembre, 2024
  • 8 am

Casi un imposible

Padre Martín Ponce de León
Por

Padre Martín Ponce de León

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Sol

Por el Padre Martín Ponce De León
Debía redactar este artículo pero hacer tal cosa me ha resultado casi un imposible.
Es evidente que no pensaba escribir sobre esto pero las circunstancias me obligaron a cambiar lo pensado.
Cuando llegué a casa vine a la computadora para hacer esta responsabilidad.
Pasé por donde se encontraba mirando una película donde, según su relato, mataron “la propia madre” de uno de los protagonistas.
Continué mi camino y me ubiqué delante de la computadora.
“Esta película está buenaza. Es una de las mejores que anda” me dijo desde la puerta haciéndome saber que no entendía no me quedase a mirar la película y estuviese delante de la computadora.
A modo de respuesta le dije: “Yo tengo que escribir para el diario”
Se retiró refunfuñando algo contra el diario y la computadora.
Sabía que mi respuesta no podía ser tan efectiva y la realidad me lo demostró.
Minutos después volvía a estar en la puerta para explicarme que “la hermana del bandido es una pavota. Es la hermana del técnico de Peñarol”
Dijo eso y se retiró para volver poco rato después para mostrarme una remera y preguntarme si alguna vez la había usado y que no era de aquí.
Sin mirar mucho la prenda que mostraba le dije que nunca la había utilizado y que no era de aquí.
Se retiró y supe que volvería puesto estaba eligiendo ropa para ponerse luego de un baño. Pero me equivoqué. Volvió para decirme que “el bueno, con un tiro había matado a cinco bandidos”
“Hola, Padre Martín. Mire lo que encontré dentro de una caja” Mostraba una bolsa de nylon con carreteles de hilo.
A esta altura ya había cambiado el tema e intentaba redactar este artículo sabiendo el mismo sería casi un imposible.
Hay veces que la realidad se empeña en hacernos cambiar los planes.
Parecería como que realizar lo que se había pensado es un imposible y se debe complacer a una realidad que se empeña tercamente en que le hagamos caso.
Con persistencia, la realidad, va surgiendo por todos lados para hacernos cambiar nuestra atención y deber prestarle atención a lo que ella se propone hagamos.
Es allí donde me cuestiona la voluntad de Dios.
¿No quiere lo que me había propuesto realizar?
¿Es su voluntad esto que la realidad me está imponiendo?
Sin lugar a dudas nunca vamos a recibir, de parte de Dios, una respuesta contundente.
Él siempre se maneja dejando que nuestra libertad actúe.
Se nos muestra pero no nos avasalla ni se nos impone. Somos nosotros quienes, desde nuestra libertad, elegimos el camino a tomar.
Somos nosotros quienes decidimos en el uso de nuestra libertad y es allí donde podemos equivocarnos o acertar con nuestro actuar.
Siempre somos responsables de nuestro actuar.
En oportunidades la realidad se nos insinúa con alguna cosa que nos distrae de lo planeado.
En oportunidades se hace insistencia para no limitarse a distraernos sino a gastar tiempo prestando atención a lo que nos surge repentinamente.
En ocasiones, como hoy, nos hace dejar lo pensado con la certeza de que intentarlo habría sido casi un imposible.
Mientras redactaba este artículo ha venido varias veces a mostrar diversas cosas que ha ido sacando de entre las muchas que guarda y esconde. Cosas que ya ni recordaba las tenía escondidas en algún lugar.
Ya ha dejado de interesarse en la película y, estoy seguro, volverá a la misma para explicármela cuando termine este artículo y me siente a tomar unos mates.
Lo que verdaderamente le importa es que le preste atención a su persona y no a la “maquinita” y “sacar cosas para el diario”