viernes 19 de abril, 2024
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Malaquina: extraordinario gobernante, buen hombre y mejor persona.

Leonardo Vinci
Por

Leonardo Vinci

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Por Leonardo Vinci.
Malaquina, con Barbieri y Vinci, formaron una tríada que escribió páginas imborrables en la historia de Salto.
Gracias al voto popular y a sus estupendas gestiones, todos ellos resultaron electos más de una vez.
En los 60, Malaquina representó a la Comuna en las negociaciones con la Curia para que las Termas del Daymán pasaran a nombre de la Intendencia.
Presidiendo la Junta Departamental, el legislativo adquirió su casa propia.
En ese tiempo- aunque nunca trascendió- donaba silenciosamente la partida asignada para gastos de representación a Casa de Salto en Montevideo.
Después- cuando llegaron los años oscuros- actuó en sintonía con la tesis doctoral de Prudencio Vázquez y Vega y «no prestó su concurso a los gobiernos usurpadores».
En 1980 formó parte de un pequeño y selecto grupo de hombres dignos que condujeron al pueblo a la resonante victoria del NO en el Plebiscito.
En los comicios de 1984, en un final cabeza a cabeza, resultó proclamado Intendente de Salto.
Atendió desde el comienzo la emergencia social poniendo en funcionamiento comedores populares y en tan solo una semana abrió sus puertas el primer Hogar Estudiantil liceal para los jóvenes del medio rural, lo que significó una extraordinaria conquista social para la época.
Preocupado por los más humildes, con el Presidente Sanguinetti, inauguró en Salto el primer CAIF del Uruguay.
Con visión futurista abordó la recuperación del pozo del Daymán, lo que permitió que posteriormente las Termas tuvieran un formidable desarrollo.
Recibió en un remozado aeropuerto internacional al Papa Juan pablo II.
En 1994, el pueblo volvió a ungirlo Intendente, resultando reelecto 5 años después, destacándose entre sus obras, la entrega de numerosas soluciones habitacionales para «los inundados».
En ese tiempo, oscuros nubarrones cubrieron la República debido fundamentalmente al irresponsable manejo financiero del país hermano.
Esa fue su mejor hora, que lo mostró como un gran realizador destacándose en el concierto nacional como el Intendente más popular. Su temple le permitió comandar el barco en plena tormenta y llevarlo a buen puerto.
A pesar de la crisis económica terrible que enfrentamos, se inauguraron 3 Hoteles 5 estrellas: Los Naranjos, Horacio Quiroga y Barceló, y 2 Parques Acuáticos, posicionando a Salto en un primerísimo plano internacional y creando nuevas y diversas fuentes genuinas de trabajo.
Se afianzó definitivamente la cultura del departamento, abriendo las puertas de nuevos liceos, inaugurando el moderno edificio de la Universidad de la República- haciendo realidad el sueño de Barbieri- y poniendo en funcionamiento la Escuela de Administración y Servicios y el CERP, para que los jóvenes pudieran continuar estudiando en Salto.
Los primeros proyectos PIAI también se cuentan entre sus logros en ese turbulento tiempo. Y como si fuera poco lo narrado, se logró la reapertura del frigorífico «La Caballada» donde volvieron a trabajar centenares de operarios.
El centro de la ciudad fue renovado, las fuentes de aguas danzantes embellecieron las plazas, se construyó el Shopping Center, se inauguró la Terminal de Ómnibus y quedaron sentadas las bases para el Parque Agroalimentario.
Parece imposible que se hayan hecho todas estas obras y muchas más en el peor momento económico del país. ¡Pero se hicieron!
Naturalmente que sus realizaciones no pueden resumirse en pocas líneas, pero este resumen ilustra a las nuevas generaciones el trabajo realizado.
Con enorme pesar, el pueblo de Salto despide a un extraordinario gobernante, buen hombre y mejor persona.
Hoy, Malaquina deja de ser una figura de los colorados y pasa a pertenecer a todo el pueblo de Salto.