sábado 27 de abril, 2024
  • 8 am

Chino, pero no es cuento

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por el Esc. Gustavo Varela.
El martes pasado, el Presidente de la República, convocó a los representantes de todos los partidos políticos, a los efectos de anunciarles que China ha dado luz verde a la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio con Uruguay.
Indudablemente que es la noticia comercial más importante de los últimos 30 años de nuestro País, luego de la conformación del Mercosur allá por 1991.
Luego de muchos anuncios y cruces de trenes a los que el Uruguay dejó pasar, hoy emerge esta posibilidad cierta con el gigante comercial mundial.
No va a ser mágico, no va a ser inmediato, van a existir sectores que estén de acuerdo y otros que no, pero es desde 1991 la primera vez que hay una posibilidad real de llevar adelante un acuerdo de éste tipo, de una magnitud tal, que pueda impactar tan favorablemente.
El mismo va a posibilitar vender productos, recibir inversiones y brindar todo tipo de servicios al gigante chino, así como importar productos a precios más bajos de los actuales.
Para un país como el nuestro, con tan poco mercado interno, abrir un mercado, pagar muy pocos aranceles por lo vendido, y recibir inversiones, es como el sueño del niño, de conseguir la figurita sellada, la que no la tiene nadie, siendo la más deseada.
No tenemos como País, otra opción que producir mucho (lo que sabemos hacer) agregando valor (lo que tenemos que intentar), colocando esos productos en el exterior.
Inversión, trabajo, desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de los uruguayos, es lo que va a traer consigo un acuerdo comercial de este tipo.
Obvio que ya están sonando los gritos de algunas “Casandras agoreras” que se oponen siempre a todo y contra todo.
Que es solo un titular, que hay riesgo de precarizar el trabajo, que hay que seguir lo que nos dicen nuestros vecinos comandados por el “Clase A” de un precandidato de la oposición, que no lo podemos hacer, todo un largo popurrí, de ese disparatario al que nos tienen acostumbrados ellos y los socios de ellos, que no reconocen estar asociados, pero que tienen acciones y son beneficiarios finales.
Hoy comerciamos con China un tercio de lo que exportamos al mundo, les vendemos carne, el producto que mas compran las que tienen que pagar un 12% de aranceles, corriendo en desventaja con nuestros competidores Australia y Nueva Zelanda, pero además tenemos otros productos que ellos precisan para alimentar a sus 1.400.000.000 de habitantes como por ejemplo soja, pescado, lácteos, carne ovina y porcina, podemos explorar las posibilidades de captar el turismo asiático, tenemos madera para exportar, cueros, lanas, software, que si se demanda cantidad somos capaces de poder aumentar la oferta actual.
O sea un horizonte absolutamente promisorio para nuestro país, al que no podemos cometer el mismo error que otrora cometieron, de dejar pasar el tren del progreso.
Hace algunos años, salvando las enormes diferencias, el Intendente de Salto fue a China y anunció con bombos y platillos acuerdos de todo tipo y color, aprovechando un runrun de que el gobierno nacional podía avanzar en un acuerdo con los chinos.- Al día de hoy, lo único que ha terminado anunciando de aquel viaje turístico, ha sido el hermanamiento entre ciudades.
Nada, o sea, un gran cuento chino.
Esta vez, el gobierno nacional va en serio. Se ha recibido de parte de China, un documento donde comunica que se va a dar inicio a un estudio de factibilidad, imprescindible para estos casos.
Esta vez no es un cuento, es una gran realidad.