miércoles 5 de marzo, 2025
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Mons. Arturo Fajardo ordenó Diácono al seminarista de Artigas Lucas Ripoll

Con una celebración especial presidida por el Obispo de la Diócesis de Salto, fue ordenado en la Catedral Basílica San Juan Bautista el joven seminarista Lucas Ripoll, oriundo de la ciudad de Artigas. Mons. Arturo Fajardo consagró al joven como Diácono, que es el paso previo que hacen los seminaristas antes de ser ordenados sacerdotes. Familiares y amigos del joven diácono se acercaron a la ceremonia que se realizó el pasado domingo y que contó con la presencia de comunidades de Salto y Artigas bajo los protocolos sanitarios correspondientes. Para la Iglesia Católica del litoral se trata de una muy buena noticia, ya que en los últimos años la falta de sacerdotes ha llevado a los obispos a viajar a Roma o países de centro América, para invitar a curas misioneros que colaboren con las diócesis uruguayas.
DIACONADO
Los diáconos se encuentran en el grado inferior de la jerarquía eclesiástica y sirven al obispo y al presbítero en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. En definitiva, tal y como recoge el artículo 92 del Apostolorum Succesores, el diácono participa «de las tres funciones de enseñar, santificar y gobernar, que corresponden a los miembros de la jerarquía». El diaconado puede ser conferido a hombres casados (para ello debe contar con el consentimiento de su mujer) que realizan en la iglesia un ministerio diaconal tanto a nivel litúrgico como pastoral y social. Como por ejemplo:
-Predicar la palabra divina como catequista.
-Dirigir comunidades cristianas distantes en nombre del párroco u obispo.
-Practicar la caridad en obras sociales y caritativas.
-El orden del diaconado es uno de los tres que existen en la Iglesia, junto al episcopado y presbiterado, y los candidatos deben estar bautizados y confirmados.
La ordenación debe celebrarse durante una misa solemne, dentro de la Eucaristía, en domingo o en una fiesta de precepto. El lugar para su celebración debe ser la catedral y al acto deben asistir el mayor número de fieles y clérigos. Los ministros de la ordenación son los obispos.