En comunicación con CAMBIO, el Ing. Adrián Lampazzi dijo que a pocos días de cumplirse dos años del decreto que estableció el cierre de las fronteras de nuestro país, la situación no ha variado mucho. Una apertura limitada y virtual, que poco y nada sirve a los vecinos fronterizos.
La situación sanitaria ha mejorado ostensiblemente, con lógicos altibajos, consideramos que la apertura de fronteras debe ser amplia, cuidando lo sanitario, pero no sobreactuando para justificar la actual situación de “apertura renga” que no es más que un símil de los viejos pasos fronterizos del muro de Berlín.
Desde hace 31 años existe el MERCOSUR que, hasta el momento, no sirve siquiera para que, pasados dos años de pandemia, los distintos gobiernos partícipes se pongan de acuerdo en qué solicitar a quienes quieran transitar entre los países. Es así que ante cada traspaso de fronteras hay que hacer un curso sobre qué pide uno u otro país: horarios diversos, declaraciones juradas, PCR, test de antígenos y vacunas.
Siendo Salto Grande el paso de mayor tránsito vecinal del río Uruguay, la situación es peor que la de otros pasos fronterizos con un horario limitado de 8 a 16 hs, mientras que Colón-Paysandú o Gualeguaychú-Fray Bentos son de 8 a 20 y ni hablar de Paso de los Libres-Uruguayana que funciona las 24 hs.
Pretendo denunciar la situación de desinterés, apatía y falta de consideración a la que somos sometidos los ciudadanos de Salto y Concordia, se nos ha equiparado con ser turistas, cuando somos vecinos: no existe ciudad más cercana a Salto que Concordia y no existe ciudad más cercana a Concordia que Salto.