jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

La inmunidad

César Suárez
Por

César Suárez

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Por Dr. César Suárez
La inmunidad es una suerte de privilegio natural o adquirido que suelen tener los organismos vivos frente a alguna determinada enfermedad o ataque tóxico o infeccioso y que lo pone a salvo de sufrir graves consecuencias frente a algunos de esos eventos dentro de límites razonables.
Este mismo término se aplica a las prerrogativas por el cual ciertas personas quedan libres de determinados cargos, obligaciones, oficios o penas tal como se le conoce entre otras a la inmunidad parlamentaria o diplomática.
Pero todos estos privilegios de unos sobre otros solamente suponen una seguridad relativa porque los seres humanos solemos estar expuestos a innumerables riesgos que estadísticamente se exacerban de acuerdo a las conductas que asuma cada uno en cada circunstancia.
Cada organismo suele estar expuesto en forma continua a enfermedades ocasionadas por microorganismos que abundan en el medio ambiente, muchos de los cuales suelen trasmitirse de persona a persona de acuerdo al grado de exposición que cada uno tenga.
Felizmente, los organismos sanos tienen un sistema inmunológico distribuido en todo el organismo formando una red abigarrada que naturalmente nos defiende de ese tipo de enfermedades pero que, además, tiene la virtud de identificar nuevas agresiones generando la llamada inmunidad adquirida.
La humanidad ha transita continuamente, a título individual y colectivo por eventos infecciones que comprometen la salud generando en ocasiones la muerte del individuo afectado y que se puede trasmitir a otras personas cercanas acentuado por el movimiento incesante de individuos que se acrecienta en forma continua.
Vivimos en una endemia continua donde siempre un determinado porcentaje de la población está afectado por una enfermedad infecciosa, en la mayoría de los casos, transitoria y en otros casos en forma permanente.
Cada tanto, emerge alguna enfermedad infecciosa y trasmisible que se transforma en una epidemia y más esporádicamente en una pandemia como las que ha sufrido varias la humanidad sin habernos podido aún liberar de la última, representada por el COVID-19.
El mundo ha registrado la muerte de más de seis millones trescientos de personas por esta pandemia lo que equivale a casi una persona de cada mil de la población mundial, pero si analizamos las pandemias anteriores, en caso de la Edad Media, alrededor del año mil trescientos cincuenta, la población planetaria se calcula en unos trescientos cincuenta millones y en esa ocasión, la sociedad fue afectada por una terrible pandemia, La Peste, que se calcula que mato entre cien y doscientos millones de personas, diezmando la población entre un tercio y la mitad.
En mil novecientos veinte la población mundial se calculaba en unos dos mil millones de personas y en esa oportunidad, la llamada Gripe Española, aunque es difícil de establecer números con exactitud por déficit del registro, se calcula que mató a no menos de cincuenta millones de personas, aproximadamente, una de cada cuarenta.
En el medio hubo también otras graves endemias, epidemias y pandemias, pero tomando como referencia estos tres grandes eventos sanitarios de la historia se pueden apreciar en forma comparativa la diferencia del impacto entre ellas.
La Peste mató una de cada tres personas de la población mundial, la Gripe Española, una de cada cuarenta, el COVID-19, casi una de cada mil.
¿Dónde estuvo la diferencia?
Sin duda los dos grandes recursos sanitarios que cambió las consecuencias de las infecciones y de las epidemias y las pandemias fueron las normas de higiene y la inmunización con vacunas que generó un vuelco trascendente en la preservación de la salud de la humanidad.
Lamentablemente, aún, hay detractores de la inmunización con vacunas, seres y organizaciones fundamentalistas que arremeten sin el más mínimo sustento ante la evidencia irrefutable que muestra la historia de la evolución sanitaria de la población mundial y gracias a la vacunación sistemática hizo prácticamente desaparecer de la faz de la tierra innumerables enfermedades infecciosas que hicieron estragos en el pasado cuando no se contaba con este invalorable recurso.