jueves 28 de marzo, 2024
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Un nuevo 14 de agosto en las calles

Gustavo Chiriff
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Gustavo Chiriff

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Téc. Univ. Gustavo Chiriff PCU / Frente Amplio
14 de agosto de 1984, ese día algunos estudiantes entramos con un brazalete negro en el brazo a la Escuela Catalina Harriague de Castaños (UTU). Fue en ese momento de efervescencia a la salida de la dictadura militar que nos dábamos las formas de conmemorar el día de los mártires estudiantiles. A la noche realizamos pintadas en muros y pegada de carteles junto a otros estudiantes en lo que fue la Asociación Social Cultural de Estudiantes de Enseñanza Pública (ASCEEP) y la FEUU, en un marco todavía de extremos cuidados, por lo que era la represión hasta esos momentos.
Si bien seguimos después estudiando en otros ámbitos y luego de ya dejar en forma institucional la formación, seguimos cada 14 de agosto acompañando las marchas estudiantiles en conmemoración el Día de los Mártires Estudiantiles, en recuerdo del fallecimiento de Líber Arce (29 años), estudiante de la Facultad de Odontología, quien recibió un disparo de la policía en una movilización de estudiantes hace 54 años atrás, en reclamo por el boleto estudiantil. De allí en más se sucedieron una larga lista de estudiantes asesinados por la represión fascista como:
-Hugo de los Santos, 19 años, 20 de setiembre de 1968
-Heber Nieto, 16 años, 24 de julio de 1971
-Julio Spósito, 19 años, 1º de setiembre de 1971
-Íbero Gutiérrez, 22 años, 28 de febrero de 1972
-Santiago Rodríguez Muela, 24 años, 11 de agosto de 1972
-Joaquín Klüver, 22 años, 6 de diciembre de 1972
-Ramón Peré, 28 años, 6 de julio de 1973
-Walter Medina, 16 años, 8 de julio de 1973
-Nibia Sabalsagaray, 24 años, 29 de junio de 1974
Este 14 de agosto nuevamente los estudiantes en la calle estarán planteando sus reivindicaciones en un marco muy especial que es la insuficiencia de recursos que se le asigna al presupuesto de la ANEP, sobre todo en la disminución de estos, donde disminuyo el presupuesto en 6.637 millones de pesos en los dos primeros años de gobierno. Una reducción de más de 150 millones de dólares.
Estos recortes en el presupuesto se suman a la disminución de las horas de apoyo a estudiantes y becas de estudio, como la baja de 10.000 becas del Programa Uruguay Estudia.
Se recortaron miles de horas docentes, entre ellas las de coordinación, que fueron a la mitad de las existentes, disminuyó significativamente la cantidad de grupos, implicando un aumento de alumnos por grupo y docentes con menos horas de clase. En UTU se suprimieron decenas de grupos de la modalidad de Formación Profesional Básica y Agrarios.
Si bien las reivindicaciones actuales de los estudiantes no son por boleto estudiantil, porque gracias a los gobiernos de izquierda se pudo ampliar el universo de cobertura de estos, como bien vemos en Salto, donde la Intendencia pone recursos para solventar el boleto tanto urbano como rural de los estudiantes, la lucha sigue siendo por una educación más digna y popular, igualitaria y democrática.