
La jornada anual de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), que éste año volvió a Paysandú luego de la presencia en la Expo Prado el año pasado, reunió más de 1.000 personas de distintos puntos del país y desde el exterior, entre productores, estudiantes y técnicos. Este año la reunión se realizó en el salón de las Tradiciones de la Asociación Rural Exposición Feria de Paysandú.
El Ing. Agr. Alvaro Simeone y su equipo, integrado por los ingenieros agrónomos Virginia Beretta, Victoria Burjel Bide, Stefanía Pancini, Natalia Zabalveytia, Juan Carlos Elizalde y el doctor Juan Franco, presentaron información «sobre dos aspectos: a) la fase de recría en el ciclo de producción de carne y b) el resultado económico a un nivel de resolución empresa ganadera», dijo el investigador y docente de la Estación Experimental Dr Mario A. Cassinoni (Eemac) de Facultad de Agronomía.
Desde su fundación, en 1998, la UPIC ha puesto énfasis en el trabajo de generación y validación de alternativas tecnológicas destinadas a mejorar el resultado económico de empresas ganaderas. En ese intento ha confluido el trabajo de investigadores, estudiantes, funcionarios y productores ganaderos, entre otros agentes vinculados a la ganadería nacional.
Durante ese proceso, que lleva ya 24 años, Simeone señaló que «se han generado diferentes alternativas tecnológicas para la ganadería del país, entre las que se podrían mencionar la suplementación estratégica con alimentos concentrados, diferentes estrategias de alimentación a corral en la cría, recría o engorde, el uso de comederos de autoconsumo, la elaboración de raciones con fibra incluida para ser usadas en confinamiento sin necesidad de alimentos voluminosos, el uso de alimentos como el Optigen, el DDGS 1 o el grano de lupino, el diseño de opciones de manejo en pasturas sembradas en base al criterio de asignación de forraje en las diferentes estaciones, la propuesta ICACE 2, la propuesta ADT3 y la propuesta DPC4 , entre muchas otras opciones productivas».
Al consultarlo sobre cuál ha sido el denominador común de estas alternativas tecnológicas generadas en la UPIC, y cuál es el enfoque que ha inspirado al equipo técnico de la UPIC para desarrollar esas tecnologías, respondió que «ciertamente, es una pregunta difícil para responder en pocas palabras, sobre todo para un académico acostumbrado a justificarse con largas fundamentaciones, pero atendiendo al estilo lo más directo y claro posible que ha caracterizado a la UPIC, en el acierto o en el error, durante estos 24 años de existencia, podríamos decir que ese enfoque para diseñar propuestas estuvo basado en tres conceptos: a) eficiencia desde el punto de vista económico, b) eficacia desde el punto de vista operativo y c) certeza tecnológica en el entendido que los resultado previstos se correspondan con los observados en diferentes escenarios de clima y precios».
Los resultados presentados sobre el sector criador, se basaron en «un sistema sobre campo natural, con 63% de procreo y que daba 53 dólares» al cual se le aplicó únicamente la tecnología de «destete precoz» para evaluar su impacto. La tecnología «fue aplicada sobre las vacas flacas, que son el 33% del rodeo, y el resultado económico mejor un 34%» dijo el profesional. Simeone explicó que para el trabajo de simulación que se realizó, para un predio de 1.000 hectáreas significaría un ingreso de casi 2.000 dólares más por mes. «Nosotros pensamos que vale la pena difundir esos resultados» acotó.
En lo que es la recría-invernada, «en este caso planteamos un escenario diferente, con una estancia de 400 hectáreas, 100% sobre praderas», si bien reconoció que los productores no tienen un sistema con praderas en su totalidad, dijo que «nosotros queríamos forzar el sistema para ver los resultados».
«Para una invernada que compra novillos en mayo y los vende en setiembre, las famosas invernadas del litoral, hay un resultado económico de 160 dólares por hectárea y una producción de carne de 250 kilos por hectárea» explicó Simeone al plantear el escenario donde se planteó mejorar los ingresos. En este sentido señaló que en ese tipo de campos, que permiten agricultura, determinan que esos 160 dólares estén lejos de una renta agrícola.
Para estos sistemas el planteo de la UPIC, fue «aumentar la carga y suplementar, aún a costas de disminuir las ganancias de pesos». Simeone explicó que «esa disminución de la ganancia de peso es porque tenemos más animales por hectárea y la suplementación es para aguantar la carga en invierno, porque el ajuste en vez de hacerlo en invierno lo hacemos por primavera para comernos todo el pasto». Aplicado este sistema «la producción de carne pasa a los 500 kilos y el resultado económico se va de 160 a 380 dólares por hectárea» indicó.
Con la aplicación de esta tecnología, Simeone remarcó que en un escenario de buenos o de malos precios, el resultado económico de suplementar nunca es menor que el de realizar la invernada tradicional.