sábado 23 de noviembre, 2024
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Pedir ayuda

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
Desde hace tiempo le conozco y sé de sus dificultades para enfrentar la vida puesto que, en ocasiones, le ganan los bajones anímicos y se deprime.
Si uno se queda en su aspecto externo puede quedar muy lejos de suponer lo que vive interiormente.
Podría tener todo para ser una personita feliz si no fuese por algún acontecimiento que cruzó su vida y la condicionó tremendamente.
Podría… pero su búsqueda es constante y ello deja descubrir su insatisfacción.
Insatisfacción, con ella misma, con su entorno y sus logros.
Siempre buscando realidades que le ayuden a lograr esa felicidad que desea para ella y los demás.
Su rostro se vuelve luminoso cuando deja que dos hoyitos se formen en sus mejillas ya que ellos indican está sonriendo pero ello no suele sucederle con frecuencia.
Su rostro se vuelve demasiado rígido cuando no está a gusto y se encierra en ella misma para protegerse y no ser lastimada y ello le sucede con demasiada frecuencia.
Pasan sus cortos años y ya ha cerrado muchas puertas y abrió otras en su constante afán de realización personal.
Llegó un momento en que sintió la necesidad de pedir ayuda para poder dejar un camino y comenzar por algún otro que no le hiciese daño.
Sin lugar a dudas que se necesita de mucho coraje para haber dado el paso que dio.
En su situación pedir ayuda es dar un paso valiente, maduro y consciente lo que engrandece su condición personal.
Se necesita de mucho coraje para pedir ayuda puesto que ello es reconocer que sus caminos recorridos lejos de ayudarle le hacían daño.
Aceptar su pedido de ayuda no es una oportunidad para experimentar lástima o para formularse algún tipo de reproche.
Es una oportunidad para reconocer su valentía y darle todas las manos que fuesen necesarias para que pueda reencontrarse y superar esa situación que le llevó a solicitar ayuda.
Es una oportunidad para aplaudir su madurez que le permite no sumarse a la situación de, desgraciadamente, muchos sino que pretende salir para reencontrarse.
Es una oportunidad para tener presente esa consciencia que le llevó a darse cuenta de su situación y asumir la necesidad, nada fácil, de modificar el rumbo de su vida.
No dudo en que debe de haber gastado muchas lágrimas debido a la nada sencilla decisión asumida. Uno puede imaginarla derramando lágrimas y tal cosa no es grata puesto que desearía poder imaginarla sonriendo de felicidad pero, sin lugar a dudas, sus lágrimas son sanadoras.
Son sanadoras porque dicen de lo costoso de su decisión.
Son sanadoras porque reflejan su deseo de volver a ser ella misma.
Son sanadoras puesto que manifiestan el reconocimiento de haber asumido un camino desfavorable para ella misma.
Son sanadoras puesto que le conducen a esa sonrisa que nunca debería haber dejado estar en su vida.
Ha comenzado un camino muy exigente pero necesario ya que implica una ruptura radical con su ayer y muchas cosas de su joven existencia.
Es tomar la decisión de dejarse ayudar para dar un giro de muchos grados en su vida y volver a comenzar despojándose de vivencias que le han dañado.
Podía tener todo para ser una personita feliz pero diversas circunstancias de la vida le han conducido a tomar atajos que, lejos de ayudarle, le hicieron daño.
Bienvenido su pedido de ayuda puesto que ello es un grito necesario e imprescindible para comenzar a cambiar.
Bienvenido el apoyo que pudo encontrar en su familia para dejarse ayudar sin reproches ni censuras.
Bienvenido su pedido de ayuda puesto que el mismo presagia que sus hoyitos volverán a hacer luminoso su rostro.