El fiscal Fernando Romano imputó ayer viernes a cinco policías por un caso originado en el 2020, cuando durante un operativo estos efectivos robaron alrededor de 40 celulares incautados en el procedimiento. Tres de estos policías fueron imputados por el delito de peculado y dos por repectación. De la investigación surge que los efectivos ahora imputados vendieron los teléfonos incautados. El delito de peculado se configura cuando un funcionario público “se apropiare el dinero o las cosas muebles de que estuviere en posesión por razón de su cargo, pertenecientes al Estado, o a los particulares, en beneficio propio o ajeno”, dice el Código Penal. Este delito “será castigado con un año de prisión a seis de penitenciaría y con inhabilitación especial de dos a seis años”, agrega.
RECEPTACIÓN
En tanto, el delito de receptación refiere a quien “después de haberse cometido un delito, sin concierto previo a su ejecución con los autores, coautores o cómplices, con provecho para sí o para un tercero, adquiera, reciba u oculte dinero o efectos provenientes de un delito, o de cualquier manera interviniere en su adquisición, recepción u ocultamiento”. En este caso “será castigado con pena de seis meses de prisión a 10 años de penitenciaría”. En la audiencia de formalización de ayer viernes se impusieron a los cinco policías medidas sustitutivas a la prisión. Según se explicó desde Fiscalía, no se solicitó prisión preventiva por el tiempo pasado desde que se cometió el delito y la imposibilidad ya de obstruir la investigación. Se adoptaron medidas limitativas en cuanto a fijar domicilio y no poder salir del país, a la espera del juicio.
