Por el Dr.
Pablo Perna
En 1985 asume como presidente de la República Julio María Sanguinetti dejando atrás más de 10 años de dictadura militar. El presidente mirando hacia el futuro realiza grandes cambios estructurales en diferentes áreas, entre ellas la forestal; de esta manera se aprueba una nueva ley de forestación y de zonas francas en 1987. Por estas normas comenzamos a ver campos despoblados desde la ruta por campos con hermosos bosques arbolados. Ambas leyes fueron férreamente criticadas por el Frente Amplio.
Esta política forestal fue retomada por Jorge Batlle, donde en el 2002 sale a la luz un informe del BID donde se conocen los proyectos de construir dos plantas de papeleras en el Uruguay; aquí comienzan los conflictos con la Argentina. En el 2005 la compañía finlandesa BOTNIA comienza las obras, convirtiéndose en la inversión extranjera más importante de toda nuestra historia. Argentina reacciona sosteniendo que la obra viola el Estatuto del Rio Uruguay, sumado la reacción de movimientos ecologistas argentinos de Gualeguaychú y los cortes de los puentes; se crea una hoya de presión al borde de la violencia entre ambos pueblos.
El candidato a la presidencia Tabaré Vázquez cuestiona al Gobierno de Batlle por las construcciones de las papeleras, pero luego electo presidente de la República cambia de opinión y comienza a defender enérgicamente la construcción de las mismas. Kirchner le solicita a Vázquez que suspenda la construcción de las papeleras y éste le contesta que primero se levanten los bloqueos de los puentes. En el año 2006 Argentina denuncia a Uruguay en la Haya y en el 2007 comienza a funcionar la primera papelera en Fray Bentos, y se militariza la frontera por temores de atentados contra la planta.
Los conflictos se calman con la asunción a la presidencia de José Mujica en el año 2010, reuniéndose con su par argentino Cristina Fernández, donde deciden coordinar agendas hasta tanto esperan el fallo de la Corte de La Haya. La sentencia establece que Uruguay ha violado el Estatuto del Rio Uruguay, pero que Argentina no prueba que las papeleras contaminan. Termina aquí el conflicto con nuestros hermanos argentinos.
Desde entonces el crecimiento económico de nuestro país en relación a las papeleras no ha dejado de crecer. Ejemplo de ello es lo que ha sucedido esta semana, donde el Presidente Lacalle ha cortado la cinta inaugural de la terminal portuaria de la compañía finlandesa UPM; la misma ha concretado una inversión de U$S 280.000 millones de dólares, que permitirá que la terminal portuaria reciba la celulosa de Paso de los Toros, despachando 100 barcos por año y recibiendo seis trenes diarios. Se estima que la exportación del puerto se incrementara en un 60 % y se crearán cientos de empleos nuevos.
En la inauguración se encontraban las actuales autoridades nacionales y también las anteriores pertenecientes al Frente Amplio, así como también los representantes de UPM. Al momento de cortar la cinta, en el estrado se encontraban únicamente autoridades pertenecientes al Partido de la Coalición, pero Lacalle mirando hacia el público y a viva voz manifiesta: “vení, Víctor, vení”, llamando al ex ministro frenteamplista de Transporte y Obras Publicas Víctor Rosi, invitándolo para cortar la cinta juntos. Este ex ministro, posteriormente entrevistado, declaro estar “satisfecho” con el proceso en el cual había sido parte su partido.
Estos hechos de hermandad entre partidos políticos y gestos pequeños, pero grandes en significado, nos enorgullece de vivir en esta pequeña República, y por ese motivo coincidimos con las palabras expresadas en el discurso inaugural del presidente: “Diferencias políticas ideológicas bien genuinas siempre va a haber, pero hay una síntesis nacional que nos hace grande”.
