jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

“Al hacer un balance del año, más allá de lo que logré o perdí, lo bueno es valorar lo que aprendí”

Por Melisa Ferradini.

Cuando llega el mes de diciembre, es inevitable pensar en una cosa: las fiestas tradicionales. Las navidades son unas fechas controvertidas, hay quien las espera alegremente (sobre todo los más pequeños de la casa) y hay quienes no la están pasando bien. Estén en la posición en la que estén, uno no puede negar que se trata de una época estresante: multitud de cenas y comidas a las que asistir y que organizar, regalos que comprar, reencuentros familiares, añoranza de los que ya no están, hacer balance de todo un año y a veces lidiar con momentos de soledad. Bueno, al final, tiene mucho que ver con cómo se han vivido y percibido las fiestas en casa desde que somos pequeños, con cómo las vivimos desde la fase adulta o con qué es lo que nos gusta. En esta entrevista la Licenciada en Psicología, Gisela Caram nos comparte pautas de cómo llevar las fiestas de fin de año de la mejor manera.

-¿Cómo podemos afrontar o sobrellevar mejor las ausencias o las situaciones difíciles en días como los que se acercan?

-Las ausencias en fechas especiales son dolorosas, sobre todo cuando es la primera vez que esa persona no está. El vacío es para cada uno diferente. Depende de la ideología religiosa, la fe, las personas que rodean y contienen a quienes transitan un duelo. Las pérdidas son vividas como abandono, vacío, desamparo, soledad y cada fecha significativa afecta más, durante el primer año que se transita esa ausencia. Hay que pasar una Navidad, el comienzo de un Nuevo Año, un verano, un otoño, un invierno y una primavera, cumpleaños y aniversarios.

-¿Tiene sentido celebrar algo cuando no se tiene ánimo de hacerlo? ¿Qué podemos hacer al respecto?

-Hay quienes tienen mecanismos para defenderse de la angustia y no demostrar esa falta. El que puede hacer el esfuerzo porque a veces hay niños que viven con ilusión esos días, no tiene por qué sentirse culpable.

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No hay que suprimir las emociones,

pero también hay que cuidar a los otros”

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-Qué es preferible. ¿Afrontar esta fecha o huir de la Navidad?

-No hay que suprimir emociones cuando las cosas son recientes, pero también cuidar a los otros, que por ahí también sienten dolor y tratan de ponerle algo de ilusión o alegría al momento. Creo que a veces no compartir con el resto de la familia puede teñir al resto que también puede sentir la persona que ya no está, y hace lo que puede para compartir un día, o una noche de celebración.

-¿Se puede hacer algo para modificar el sentimiento de culpa por intentar disfrutar a pesar de la ausencia?

-En cuanto a culparse por disfrutar no es más que un mandato interno o trasmitido donde hay que llevar luto por un tiempo determinado, es una parte hostil de uno mismo que no nos da ni una noche de tregua. Capaz preguntarse, qué hubiese querido (la persona ausente) ¿Que me quedara sola llorando o que me olvidara por un rato de mi dolor?

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Lo mejor que podemos hacer para ayudar

al otro es acompañar, escuchar y contener”

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-¿Cómo podemos ayudar a un familiar o amigo que está atravesando una época de duelo en estos momentos?

– Lo mejor que pueden hacer los amigos y quienes saben la situación es acompañar, escuchar y contener.

-¿Es bueno realizar balances al finalizar el año?

-En cuanto al balance anual, me parece muy importante. Es personal, es un momento para ser crítico con uno mismo. Si logré lo que me propuse, que hice y que no hice, qué cosas inesperadas sucedieron y qué aprendí de todo esto. Eso de lo bueno y de lo malo, de las frustraciones y de las desilusiones, hay que aprender algo… para así no repetir. Para tomar otro camino diferente. Aceptar lo que va surgiendo y entender que son así las cosas de la vida y así es la vida misma… a todos nos sorprende.