viernes 26 de abril, 2024
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Rivera liberó la Banda Oriental en Guayabos

Leonardo Vinci
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Por Leonardo Vinci
Algunos neo-historiadores, con extrema mezquindad, pretenden narrar una deformada versión de los hechos, ocurridos en la Batalla de Guayabos. Corresponde reivindicar el heroísmo de Rivera, que le dio a Artigas la más importante de las victorias de ese entonces. En aquel enero de 1815 el ejército artiguista se enfrentó a las tropas centralistas porteñas que ocupaban Montevideo y parte de la provincia desde la rendición de los españoles en junio de 1814. Las fuerzas militares de ocupación porteñas no querían entregar Montevideo a los orientales.
El triunfo comandado por el General Fructuoso Rivera en aquella batalla, dio inicio a la primera independencia. Dorrego había emprendido la huida hacia al sur tras la estrepitosa derrota sufrida por sus fuerzas en Guayabos. «La victoria la había obtenido Don Fructuoso Rivera, Comandante de una de las Divisiones de Artigas», afirma Carlos Anaya en sus memorias. «El General Soler vio en aquella jornada perdida toda esperanza de poseer la Banda Oriental (…) Por tanto resolvió regresar a la Plaza en fines de enero de 1815, como lo verificó con todas sus fuerzas, acto continuo de tan infausta noticia.» Soler mandó cerrar los portones y embarcar todo el bronce y armamento que encontraran. Tan cargados quedaron los buques que hasta tiraron al agua la pólvora que no pudieron llevar.
Tan claro resultan los hechos históricos, que luego de la batalla de Guayabos Artigas ascendió a Rivera al grado de Coronel, al tiempo que arrestó y envió a Bauzá a Cuñapirú. Dice Barbagelata que la victoria «llevó al apogeo el poder y la influencia de Artigas; provocó la caída de Alvear, elegido el día antes del combate Director Supremo, y echó las bases de nuestra independencia. Desde entonces fuimos libres de hecho, gobernándonos y dirigiéndonos a nosotros mismos por primera vez. Allí se venció al único pueblo que tenía algún derecho sobre nuestro suelo, como provincia del antiguo virreinato del Río de la Plata.»
El mentís más rotundo a la mezquina y errónea versión que pretende minimizar la victoria de Rivera es el testimonio del testigo más conocedor de la epopeya de Artigas: Larrañaga, quien en su diario de Montevideo a Paysandú lo cita «En este estado y prontos ya para marchar observamos que llegaba al pueblo, en tres columnas, la división que forma la derecha de la vanguardia del ejército oriental al mando del señor don Fructuoso Ribera, y que este dirigiéndose al puerto en una canoa pequeña, y puesto de pie dentro de ella, en compañía de un oficial venía hacia nosotros. Yo deseaba mucho conocer a este joven por su valor y buen comportamiento.
Él fue quien derrotó a las fuerzas de Buenos Aires mandadas por Dorrego…» Y no contento con esa mención, cuenta que a su regreso de Paysandú «… nos alojamos en la misma casa y nuestra cena fue tan parca como la primera vez que llegamos a este pueblo.
En él se hallaba Rivera con su gente de guarnición, joven de buen personal, carirredondo y de bastante desembarazo y urbanidad; él fue el que mandaba en la acción de los Guayabos que ganó a los porteños…» Ha dicho Sanguinetti «… en el momento histórico en que Buenos Aires decide definitivamente aplastar la revolución artiguista y cruzan el río, con esa determinación, Dorrego dice que «tendrá el mayor gusto de contribuir a la destrucción de Artigas», pero el 10 de enero de 1815, como escribió Luis Alberto de Herrera, «…ese día memorable, el bravo coronel Fructuoso Rivera, sableó a sus milicias, y también, a su arrogancia». El coraje, valor e inteligencia del General Fructuoso Rivera nos hizo libres en Guayabos. Esa es la verdad histórica.