viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Andrea Sisnández, mamá de Gonzalo Enrique Barboza “A mí la policía nunca me informó nada, nunca me llamaron, pero dicen que están trabajando”

El hogar Alas Multicolores de Paysandú es un Centro de Atención 24 horas, especializado, a cargo de la Organización de Sociedad Civil «Alas Multicolores», quien en convenio con INAU atiende a jóvenes y adultos con diferentes padecimientos mentales, en el marco de la implementación de los nuevos proyectos que sustituyeron a “Aldeas de la Bondad”. Allí estuvo internado Gonzalo Enrique Barboza Sisnández hasta el 28 de noviembre del pasado año, desde donde salió rumbo a la localidad de Palomas, Salto, sobre las 07.45 hs, luego de mantener una discusión con alguien, por un cigarrillo. Horas más tarde Gonzalo fue visto por última vez saliendo de una estación de servicio de nuestra ciudad, hasta donde llegó aventado por un camionero, y hasta el momento nada más se supo de su paradero.
CAUSAS DE SU
INTERNACIÓN
Gonzalo tiene 23 años y padece de un problema neurológico, que hace seis años se vio agravado por un consumo problemático de drogas, combinación que transformó su personalidad convirtiéndolo en una persona violenta, situación que llevó a la familia a generar su internación a través de una orden judicial. Si bien, de acuerdo con la versión de su madre la cual expresó a CAMBIO, los problemas de consumo de drogas ya no son un problema, sus problemas neurológicos sí persisten y es motivo por el cual Gonzalo no puede abandonar la medicación prescripta, a riesgo de padecer convulsiones que hasta podrían provocarle la muerte.
RELATO DE LA MADRE
A más de un mes y medio de la desaparición de Gonzalo, CAMBIO dialogó con la madre de Gonzalo, Andrea Sisnández, quien relató cómo fueron los hechos que derivaron con la desaparición de su hijo. “Él estaba en Paysandú, salió del hogar a las 07. 45 del 28 de noviembre, agarró la mochila, el termo y el mate y salió. A las 13.15 hs. pasa por el peaje de Paysandú –Queguay-, eso está registrado por las cámaras del peaje”, comenzó. Sisnández continuó su relato señalando que Gonzalo siguió su camino hasta llegar a una estancia cercana; “ubicada en el kilómetro 423 de la ruta 3. Allí solicitó, agua, comida, le permiten bañarse y aprontar el mate”. De acuerdo al relato de la madre, allí, en esa estancia, Gonzalo estuvo sentado, “y por lo que pudimos conversar con las personas que viven en la estancia, nos dijeron que cuando salió rumbo a la calle tenía dificultades para caminar, entonces llamaron a la policía de Quebracho”. Siempre de acuerdo a las versiones de quienes recibieron y atendieron a Gonzalo, se conoce que “la policía llegó a donde estaba Gonzalo, estuvo rato conversando con él, hasta que se subió a la caja de la camioneta”, contó Sisnández.
NO ESTABA
REQUERIDO
“Nosotros, con mi hija, fuimos hasta quebracho y pedimos para hablar con los agentes que habían estado en esa tarea, y nos dijeron que, lo habían levantado en el kilómetro 423 y lo habían bajado en el kilómetro 426”, nos dijo, y en su relato nos contó que los efectivos que estuvieron con su hijo no le habían preguntado ni el nombre debido a que su nombre no figuraba como buscado, “no saltaba como alerta roja, no estaba requerido”, subrayó. “En el kilómetro 426, desde una estancia que se llama Los Olivos, salió un camionero de nombre Luiggi Berisso, quien iba con rumbo a Tierras Coloradas, pero de todas maneras aceptó llevarlo hasta la ciudad de Salto”. Y efectivamente así fue. El camionero llevó a Gonzalo hasta la estación de servicio ubicada en el by pass, casi “La Gaviota” en la ciudad de Salto. “Eso es así porque yo vi las filmaciones de las cámaras de seguridad de la estación”, nos aseguró. Posteriormente, Berisso habría confirmado que Gonzalo le habría confirmado que su destino era la casa de su madre, en la localidad de Palomas, departamento de Salto. “Gonzalo salió del baño de la estación de servicio, con un pantalón de nacional, un buzo blanco y su mochila, y luego de pedirle a un muchacho que le proporcionara un cigarrillo, salió rumbo a la avenida Rodó”, dijo. La madre reconoció que su hijo no conoce la ciudad de Salto, motivo por el cual no puede afirmar cual fue el rumbo certero de su hijo al dejar la estación de servicio.
“LA POLICÍA
NUNCA ME INFORMA DE NADA”
A partir de ese momento no se sabe más nada del paradero de Gonzalo, y ante nuestra consulta, la señora afirmó que “A mí la policía no me ha dicho nada, al contrario, yo siempre repito: La policía de Villa Constitución (Seccional séptima) viene a mi casa, en Palomas, a preguntarme si no tengo novedades de Gonzalo. Si no me han llamado avisándome de algo, o si no recibí alguna noticia sobre el paradero de Gonzalo.
Ellos vienen a preguntarme a mí, nunca me informaron de nada. Nunca me llamaron”, afirmó y comentó “pero ellos dicen que están trabajando…”
OFRECEN
RECOMPENSA
“Nosotros (los familiares) estamos ofreciendo una recompensa para quien nos informe sobre el paradero de Gonzalo, pero hasta ahora no tuvimos ninguna novedad, nadie llama, ni avisa, nadie lo ve… La recompensa consiste en dinero efectivo. Ofrecemos entre $U5000 y $U10.000”, afirmó Sisnández y reconoció que ha “recibido varias avisos y alertas sobre personas que han visto a su hijo, pero hasta el momento todas resultaron falsas alarmas”.