Por el Dr. Fulvio Gutiérrez
Para las elecciones departamentales y municipales de setiembre de 2020, hubo un intento de integrar una coalición entre dirigentes del Partido Nacional y del Partido Colorado, que finalmente fracasó. Ahora se hizo pública la reiteración de aquella intención, como forma de derrotar al Frente Amplio en el departamento de Salto. Ya hubo conversaciones entre Albisu y Coutinho, señalando éste último que en mayo de 2025, la coalición competirá bajo “un mismo paraguas electoral” (textual).El ex presidente Sanguinetti coincidió con Coutinho, diciendo que habría dos posibilidades: ir con un mismo lema en los 19 departamentos, o evaluar la situación puntual en cada lugar. Manini Ríos se expresó en términos parecidos, pero esperando que Cabildo Abierto no replique alianzas departamentales bajo el lema de uno de los socios de la coalición, sino uno que represente a todos. Entonces, la intención de formar una coalición en Salto está en marcha.
Pero concretar una coalición política no es fácil. Supone un acuerdo entre por lo menos dos partidos políticos, con la finalidad de ganar una elección, y luego actuar en el gobierno departamental en forma conjunta, de acuerdo a los términos, límites y características que las partes convengan, pero siempre adecuándose a la legislación electoral en vigencia.
Creo que llegó el momento de pensar en serio, y concretar realmente una coalición política de los partidos de oposición al gobierno frenteamplista de Salto. Pero pensar en serio significa actuar de buena fe, consultando a todos los partidos de la oposición desde ya, basar la idea en principios, estrategias, instrumentos y mecanismos de acción consensuados, documentados y con la obligación de un estricto cumplimiento de lo que se firme. Nada de medias tintas, nada de zancadillas, nada de acciones ocultas.
Entonces, si la intención es seria, tenemos que preguntarnos: ¿Qué tipo de coalición?
El mecanismo que se utilice como instrumento puede ser solo político, o político y además jurídico. La coalición que originó el Frente Amplio en 1971, fue política, pero además jurídica, porque en base a la legislación vigente en aquella época, participaron bajo un lema único que fue el del “Partido Demócrata Cristiano”. Se trata de una coalición permanente, con estructura orgánica reglada, en la cual sus adherentes tienen un claro sentido de pertenencia. En cambio, la coalición de gobierno denominada “multicolor”,es una coalición política electoral de centro, con características de alianza informal, para participar en las elecciones presidencialesde2019, porque si bien firmaron un documento común llamado “Compromiso con el país”, cada partido integrante de ella actuó con su propio lema, mantiene su independencia e institucionalidad, y no participaron en las elecciones bajo un lema común, manteniendo el lema propio.
Concretar una coalición política similar a la “Coalición Multicolor”, supone entonces que los partidos que la integren no pierden su identidad, ni su lema, ni su institucionalidad.
Pero si se pretende participar en la elección departamental y municipal del 2025 con un lema común, la situación es muy diferente. Por ejemplo: el “Reglamento de las Elecciones Internas de los Partidos Políticos” de la Corte Electoral, de 3 de enero de 2019, dispone que “quien se presentare como candidato a cualquier cargo en las elecciones internas, solo podrá hacerlo por un partido político y quedará inhabilitado para presentarse como candidato a cualquier otro partido en las inmediatas elecciones nacionales y departamentales”. Es decir, si se participa bajo el lema común, no se participa entonces por el lema de los partidos integrantes de la coalición. Como consecuencia, los ediles serán del lema común, y los partidos integrantes no tendrán ediles.Esto, a mi juicio, es inaceptable.
Entonces digo: coalición política sí, pero manteniendo cada partido su lema propio.
Ya lo dijo Sanguinetti, los “partidos se desdibujan cuando se ven obligados a votar en otro lema”.
