viernes 29 de marzo, 2024
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“Mi gran objetivo es que la cárcel sea un lugar de trato digno y las personas logren su inclusión en la sociedad”

Por Melisa Ferradini
Con una gran experiencia en el mundo penitenciario, a María de los Ángeles Machado no le asusta lo que viene por delante. Su plan pasa por potenciar los rasgos más positivos de la Unidad No.20 de Salto, como los talleres productivos que diariamente se realizan y las actividades de carácter laboral, educativas, deportivas y religiosas, entre otras tareas que se desarrollan dentro del penal. En esta entrevista con CAMBIO, la directora nos relata cómo llegó a dirigirla y como lleva adelante el trabajo junto al equipo que la acompaña.
-¿Cómo llegó a ser directora de la cárcel?
-Hasta el año 2013 desempeñaba tareas en otro Ministerio, cuando la actual Sub Directora Técnica del INR en Salto, me motiva a que me presente al llamado que se estaba cursando en ese momento. Es así que me presenté, al llamado, fui seleccionada y ahí comenzó mi carrera adentro del INR. Ingresando en febrero del año 2014, desde Agosto de ese año 2014 hasta Octubre de 2018 me desempeñé como Sub Directora Administrativa aquí en el INR. A partir de Octubre de 2018 a la fecha, ocupo el cargo de directora de este establecimiento.
-¿Cómo ha sido el proceso de formación para llegar a su cargo?
-La formación penitenciaria, es continúa. El Instituto Nacional de Rehabilitación posee en su estructura, un área formativa específica en la temática, es el Centro de Formación Penitenciaria. Es dónde se cursa la primera formación y se continúa a lo largo de la carrera de cada uno. En la medida que las responsabilidades van aumentando los procesos de formación penitenciaria son distintos. En mi caso la formación penitenciaria es constante, además desde hace 7 años me desempeño como docente del Centro de Formación Penitenciaria formando tandas tanto de civiles como de policías.
-¿Cómo organiza su trabajo diario y como se compone el equipo que la acompaña?
-El comando de la Unidad está compuesto (además de la directora) por 3 Sub Direcciones lideradas por tres sub directores, en lo referente al tratamiento (Sub Dirección Técnica), a la seguridad (Sub Dirección Operativa) ya la administración de recursos y mantenimiento edilicio (Sub Dirección Administrativa). Cada una de ellas se aboca al cumplimiento y ejecución de las metas que se planifican anualmente en el mes de diciembre, donde se proyectan objetivos institucionales para el próximo ejercicio anual. En lo que respecta al trabajo diario, se trata de coordinar el cumplimiento de lo planificado por el lineamiento general del INR y que todas las sub direcciones cumplan con los objetivos pautados, ya sea por separado o en conjunto, pues existen actividades particulares de cada sub dirección y otras que necesitan la coordinación de todas para su ejecución.
-¿Qué prejuicios y situaciones se fueron desarticulando en estos años de trabajo?
-A nivel profesional y en el curso de la carrera funcionarial, es muy importante, sobre todo si se evalúa el contexto y que uno es parte de un proceso innovador del que estamos en curso. Que se designara en su momento a una mujer y civil al frente de un centro penitenciario habla de ese cambio de rumbo en la política institucional. Entonces, es un reconocimiento importante, que me produce un gran orgullo, pero que también va acompañado de gran un compromiso. No es fácil designar a una mujer a este tipo de lugares, menos fácil es si esa mujer es civil. En tal sentido he querido siempre manifestar que el compromiso al desarrollo de esta tarea está intacto como desde el ingreso a la función. Y ese prejuicio ha ido mutando a lo largo de estos años.
-En los años de trabajo. ¿Cuáles son los objetivos que quisiera alcanzar?
-Uno es funcionario de carrera y en ese sentido, cada evolución en la carrera conlleva mayores responsabilidades. El INR, es un Instituto que se ha instalado en un marco de extrema emergencia humanitaria, para intentar revertir esa situación y generar que los centros de reclusión se tornen lugares donde las personas puedan recibir un trato digno y realizar actividades que le permitan poder contar con herramientas que faciliten su inclusión en la sociedad. Ante lo mencionado, el INR viene en ese proceso y con ese ideal, con sus errores y aciertos pero siempre con el rumbo firme de revertir la reincidencia en el delito de las personas que ingresan.
-¿Cuáles son las principales actividades que se realizan en la unidad y cuántos son los internos?
-Esta Unidad a la fecha alberga aproximadamente unas 600 personas, y se encuentra dispuesta para que las mismas desarrollen su proceso en un régimen de reclusión semi-abierto. Tal es así, que diariamente se realizan actividades de carácter laboral, educativas, deportivas y religiosas. Por lo que se apuesta a que la seguridad de este Establecimiento esté dada desde el tratamiento y no desde la represión, lo cual hace que perfiles delictuales que aún no estén preparados para encarar un proceso de trabajo, no permanezcan en esta Unidad para no entorpecer la labor Institucional. También se realizan mediante convenios Interinstitucionales Brigadas de Acción Ciudadana conformada con Personas Privadas de Libertad PPLs, quienes se encargan de revitalizar y refaccionar diferentes espacios Públicos de la ciudad. Además de la cuadrilla de trabajo que anualmente realiza la zafra de la naranja para la empresa Guarino S.A, en la cual participan más de 40 privados de libertad.
-¿Qué le preocupa como directora?
-Lo que viene resultando preocupante en este último tiempo es lo estrictamente edilicio, pues se trata de una construcción antigua que no ha tenido el mantenimiento adecuado para generar condiciones de habitabilidad adecuadas, sumado a que la sobrepoblación genera una merma notoria en las condiciones de vida en las cuales las Personas Privadas de Libertad transitan su condena. Lo que evita que se generen situaciones de desborde hasta el momento, es el trato generado por parte del equipo de trabajo y las permanentes actividades que a diario se desarrollan aquí, siendo por lejos el punto fuerte que tiene este Centro y que en cierta medida viene supliendo las grandes debilidades existentes en materia edilicia. No obstante se vienen llevando adelante denodados esfuerzos por parte del INR para la mejora y puesta a punto del edificio.

“Los niveles de convivencia en la cárcel de Salto son muy buenos”

-¿Es difícil garantizar los derechos de los privados de libertad y a la vez hacerles cumplir las medidas internas de convivencia?
-Este es un Instituto tiene su normativa propia y creada frente a su instalación. Garantizar los Derechos de los Privados de Libertad es una de sus premisas. La unidad Nº 20, tiene sus propios sistemas de convivencia, aquella ppl que se adapte a lo propuesto y cumpla con el perfil que se pauta para ésta Unidad permanecerá en ella, en esto el Director Nacional del INR ha sido muy claro, la administración de la privación de libertad, es competencia directa del INR. Existen a nivel país cerca de 30 unidades de ingreso al sistema, el alojamiento de las personas privadas de libertad irá condicionado a sus procesos, sus penas y sus niveles de reincidencia y en ese sentido esta Unidad no es ajena al mandato dado por la jerarquía del INR. Si bien en Salto el número de personas en situación de privación de libertad es elevado, se trabaja en el abordaje integral y seguimiento para que existan estos niveles de convivencia que en este caso son muy buenos.
-¿Cómo es la relación de los internos con los funcionarios?
-El personal Policial se encuentra abocado estrictamente a la parte de seguridad perimetral del recinto, por lo que el trato con los Privados de Libertad es esporádico y puntual. Quien se encargan del trato directo y cotidiano es el personal Civil (Operadores Penitenciarios), quienes (dado a su perfil orientado al diálogo y al tratamiento) mantienen un trato de respeto y adecuada convivencia. Se trabaja constantemente para que no exista ninguna animosidad hacia los funcionarios que se desarrollan en el Establecimiento, la población penitenciaria es consciente y entiende el rol cumple tanto la Policía como el Operador Penitenciario.
-A nivel personal. ¿Qué balance realizaría de su gestión?
-El desafío de estar al frente de una institución donde las oportunidades hacia la población son mínimas, genera la posibilidad de poder tener un marco de creatividad colectiva distinta u otras Instituciones. El hecho de que se concreten genera grandes satisfacciones. La posibilidad de reinsertar socialmente a nuestra población aparte de ser un desafío conlleva a la obtención de esa recompensa. A lo largo de este tiempo poder ver que la sociedad tiene manos tendidas y puertas abiertas nos gratifica. Pero también uno debe trabajar de forma cotidiana con la frustración que generar algunas situaciones, sabiendo que el contexto penitenciario no es el único que debe abordar la temática.