sábado 27 de abril, 2024
  • 8 am

La ética política

Fulvio Gutiérrez
Por

Fulvio Gutiérrez

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Por el Dr. Fulvio Gutiérrez
La ética es un conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad cualquiera. Es decir, se trata de formas de comportamiento que tenemos todos dentro del ámbito en que nos movemos. Esos comportamientos se dan en todas las actividades en la vida de una persona, y sirven para valorar, entre otras cosas, la autenticidad, la sinceridad, la franqueza, la buena fe con que una persona desarrolla su actividad cotidiana. Por tanto, quien actúa en el ámbito político, también debe respetar una ética que regula esa actividad. Esto porque, en definitiva, la ética política refiere al comportamiento de los servidores públicos y su puesta en práctica en los asuntos de gobierno. Por eso, cuando leí el discurso del Presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, en el recordatorio del acto realizado el 26 de marzo de 1971, me di cuenta que sigue con la vieja y demagógica costumbre de repetir conceptos y promesas vacías de contenido, que solo buscan convencer incautos. Ergo, no estaba cumpliendo con la ética política que es afín a dicha actividad.
Porque hacer una seguidilla de propuestas generales sobre lo que haría el Frente Amplio si ganara las elecciones en 2024, me llevaron a pensar dos cosas: en primer lugar, no haber dicho el “como” haría para cumplir esas promesas y en segundo lugar, es inaceptable que quien preside un partido político que estuvo en el gobierno y en el poder durante quince años secundado en el Parlamento por una mayoría absoluta, no hubiera concretado efectivamente lo que ahora propone. Fue porque no se animaron o porque temieron concretarlas por su costo político. Para poner un ejemplo, que la dirigencia frentista lo reitera continuamente, Pereira hizo una especial referencia al proyecto de ley que está en el Parlamento sobre las modificaciones a nuestro sistema de previsión social. Pese a que Tabaré Vázquez y Danilo Astori reiteraron en varias oportunidades la imperiosa necesidad de dicha reforma, todo quedó en meras declaraciones. Nada hicieron, como tampoco nada hicieron cuando el actual gobierno invitó al Frente Amplio a hacer su propuesta con claridad, articulada y fundamentada. El Frente Amplio optó por lo más fácil, criticar todo y adelantar su oposición al proyecto, cuando dicho proyecto ni siquiera estaba terminado. Me hizo acordar a aquel abogado penalista que aconsejaba a su cliente, sin siquiera conocer a fondo el problema que tenía, diciéndole, “Ud. niegue todo, siempre niegue”. Una conducta irresponsable, en el más amplio sentido de la palabra. Recordando a Beltrán, digo; ¡Qué tupé!
Trabajar en política, nos da experiencia, enseña a conocer gente y a aprender y aceptar consejos de quienes son más experimentados que uno. Recuerdo cuando el Intendente Cr. Eduardo Minutti me invitó a trabajar con él en 1990, revisando unos estantes del escritorio que se me había adjudicado, encuentro un cuadro con una frase que decía: “Si Ud. plantea un problema, pero no aporta una solución, Ud. forma parte del problema”. Lo colgué nuevamente y lo hice base de mi vida práctica. Lo había escrito su hermano, el Arq. Néstor Minutti, cuando fue Intendente. Tal vez, si la oposición a un gobierno se ejerciera de buena fe, y tuviera realmente un profundo concepto republicano se habría seguido ese consejo. Es correcto discrepar con quien gobierna, porque es la esencia de una democracia. Pero la discrepancia debe ser seria, y no una discrepancia por discrepar y quedar bien con sus electores. El tristemente recordado Nikita Kruschev dijo una vez “Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río”. En ocasiones esto es así. Como cuando se oponen a lo que no se conoce, como la reforma jubilatoria y prometen cambiarlas por iniciativas que ni siquiera se han elaborado. Bueno es recordar a Abraham Lincoln, cuando dijo: “Hay momentos en la vida de todo político, en que lo mejor que puede hacerse, es no despegar los labios”. Concepto que el Sr. Pereira claramente no siguió.
Con profundo respeto, y por la experiencia que dan los años, me atrevo a decir que no es correcto exigir a un gobierno, que concrete una iniciativa, cuando quien la exige, cuando fue gobierno, omitió concretarla. Eso es no tener ética política.