viernes 29 de marzo, 2024
  • 8 am

Iluminación eléctrica en el vapor “Cosmos” y la celebración en el Gran Hotel Concordia en 1882

Por Cary de los Santos.
El día 14 de julio de 1882 se conmemoró en el Gran Hotel Concordia de la ciudad de Salto, el glorioso aniversario para los franceses y para todos los buenos republicanos la «Toma de la Bastilla». El magno evento fue organizado por la colectividad francesa de la progresista ciudad del litoral norte. La licenciada en letras y actual propietaria del «Gran Hotel Concordia» – Sra. Margaret Maglio Mori, en su excelente obra 1, refiriéndose al «impacto social» causado por el evento en los vecinos del Salto, dice: «…El frente del Hotel fue motivo de comentarios de todo el pueblo, se veía iluminado por tres focos de energía eléctrica, cedidos por don Saturnino Ribes”. Como aclaración de la trascendencia del hecho, digamos que por ese entonces las casas particulares y de comercio utilizaban lámparas de gasolina, y que el Sr. Ribes, tal como había ocurrido con otros adelantos, fue el primero en haber utilizado en su domicilio energía eléctrica».
CARACTERÍSTICAS DEL VAPOR «COSMOS»‘
Tres años antes, en 1879 se había construido en los astilleros de J. y A. Inglis, en Pointhouse – Escocia el buque a vapor «Cosmos», para la compañía «Mensagerías fluviales a vapor» del francés «Saturnino Ribes». El buque tenía algunas características muy novedosas para la época, y es, sin duda, uno de los vapores más completos que jamás hayan salido de él Clyde. Su casco era de acero, fabricado por la «Steel Company of Scotland» y sus dimensiones eran las siguientes: Eslora, 250 pies; ancho, 29 pies; sobre patrocinadores, 33 pies, profundidad, moldeada a la cubierta principal, 11 pies; tonelaje bruto, 1003 toneladas. Contaba con alojamiento en literas para dormir, en tres cubiertas, para 164 pasajeros de primera clase y 54 de segunda clase. El salón principal, que está en la cubierta de mástil, estaba bellamente decorado y tapizado y tenía un piano para diversión de los pasajeros. La mayor parte de los pasajeros de primera clase se alojan en espaciosos camarotes.
ILUMINACIÓN ELÉCTRICA EN EL «COSMOS»
El progresista armador Saturnino Ribes, con astilleros en el Pueblo Nuevo en la ciudad de Salto, había encargado al superintendente de las «Mensajerías fluviales a vapor» – el ingeniero naval «Thomas Elseé», que fuera el director y supervisara personalmente la construcción del nuevo buque a paletas y vapor «Cosmos». Sin embargo, el mayor deseo de Elseé, era dotar al nuevo buque con iluminación eléctrica, y con ese propósito visitó a electricistas en Londres, y en otros lugares, para determinar su viabilidad y poder elegir el sistema más adecuado para el «Cosmos». Aunque se presentaron muchas dificultades, no se entregó y continuó investigando diferentes sistemas. La luz incandescente del inventor norteamericano «Thomas Alva Edison», no le convenció para su propósito, debido a las imperfecciones en los carbones del filamento. De Estados Unidos de Norte América trajo la luz Brush, siendo posteriormente probadas en Londres, y descartadas por Elseé, por considerar que la luz que emitía era demasiado brillante para la iluminación interior del buque, además de requerir una corriente de muy alta tensión. Luego de largas jornadas de ensayos, decidió adoptar el «sistema Jablochkoff», dónde cada lámpara emitía una luz de 400 velas, alimentada por una máquina de corriente alterna Gramme, que estaba impulsada por un motor fabricado por los Sres. J. y H. Gwynne, y construido y ajustado bajo supervisión directa del Ing. Elseé y por el Sr. J. A. Berly, quien representó a la «Compañía General de Electricidad de París». Finalmente al lujoso vapor «Cosmos» se le instaló ocho lámparas Jablochkoff, y en el año 1882, año del banquete del 14 de julio en el Hotel Concordia, se procedió en la Ciudad de Salto y por órden de Elseé, a instalar las luces de Edison pero con la misma máquina y motor anterior. El «Cosmos» fue el primer buque en el mundo en contar con iluminación eléctrica, y en las principales revistas científicas y marítimas de la época, reconocían al ingeniero inglés Thomas Elseé, como una persona muy reservada pero con grandes ideas innovadoras para la época y un referente en el progreso de la construcción naval.
EL SALÓN DE LOS BILLARES
Margalet en su ameno relato, con increíbles pinceladas nos va ilustrando lo acontecido el 14 de julio de 1882: «Para la ocasión se había acondicionado el salón de los billares, que quedó convertido en un inmenso comedor, en donde se destacaban los enormes espejos, orgullo del Hotel, y adornado con gran número de banderas y cuadros. Las mesas donde se presentaba el menú, impreso en rico papel con letras doradas, se habían dispuesto con elegantes arreglos de flores y eran atendidas por los mozos del «Cosmos» que habían sido cedidos también por Ribes».
VISTAS FOTOGRÁFICAS Y TELÉFONO
Continuando con las crónicas históricas de Margaret, sobre el aniversario de la Toma de la Bastilla, dice: «El Sr. Masoni había sacado muchas vistas fotográficas, aprovechando la luz y los asistentes, en un número aproximado a los doscientos, disfrutaron de la ejecución musical de la banda militar. Un cable de teléfono salía por una ventana del Hotel y, cruzando por las azoteas de enfrente, llegaba hasta la casa de los Ribes, que no pudieron asistir al acto. Así se enteraba de lo que ocurría en la fiesta, con este medio telefónico, también muy novedoso para ese entonces. Como anécdota podemos agregar que en la oportunidad el señor Ribes, en atención a la cantidad de gente que acudió a contemplar la iluminación del hotel, accedió en dejarla colocada hasta el 18 de Julio. Tanto el Aniversario de la Toma de la Bastilla, seguido de los festejos nacionales por la Jura de la Constitución, fueron celebraciones que tuvieron como escenario habitual a los elegantes salones del «Concordia»». Saturnino Ribes fue uno de los hombres que contribuyó más al progreso naval y fluvial en toda la Cuenca del Plata, y contribuyó al progreso de la Ciudad de Salto y al bienestar de sus habitantes. Fue copropietario del Saladero Harriague, y uno de los fundadores de la Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor, tuvo tres compañías de transporte fluvial y astilleros. Trajo el telégrafo, el teléfono y la luz eléctrica al Salto, para uso personal.


Vapor «Cosmos».