Por la relevancia que esto implica, abordaremos con detenimiento estas cuestiones dedicándole un espacio a la situación geopolítica mundial para demostrar cuán cerca estamos de la instalación de un Nuevo Orden Mundial. Se trata de un plan macabro tramado en las sombras desde hace mucho tiempo, que tiene como primer objetivo dominar a las naciones a través de la presión económica. Este método esclavizante implica el sometimiento de cada Estado endeudado permitiéndole a sus acreedores apropiarse de los activos más importantes para saldar sus acreencias. A fin de imponer sus propias condiciones, necesarias para lograr la progresiva y sistemática sumisión a los poderes internacionales.
Sin embargo, estos poderes económicos desconocen que están cumpliendo al pie de la letra aquello que ha sido profetizado hace cientos de años: que el fin del mundo y el juicio vendrán luego del establecimiento de este gobierno mundial. Gobierno que actualmente está siendo tramado y alentado por muchos, razón por la cual resulta indispensable conocer más respecto a la evolución de los acontecimientos que nos conducirán a este Nuevo Orden Mundial que tantas personalidades influyentes mencionan constantemente en sus discursos ante los foros mundiales. Esta será, sin dudas, la señal ineludible de la proximidad del desenlace final.
Desde esta perspectiva, la globalización no es un fenómeno que ocurre por efecto de la evolución social, sino que es consecuencia de una imposición gestada por los poderosos de la Tierra que quieren someterla.
…A modo de muestra y para eso solo basta un botón, aludimos a una entrevista realizada en marzo del 2022 por el prestigioso conductor Alex Jones en su programa Show Radial de Alex Jones al reconocido periodista de la BBC, El Guardián y el London Observer, Greg Palast. Donde el entrevistado hizo referencia a las continuas presiones que las naciones reciben desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), para someterlas a la voluntad del poder mundial.
En la entrevista Greg Palast habla sobre documentos confidenciales que obtuvo de fuentes anónimas en los que se mencionan las presiones que los gobiernos afrontan para firmar “acuerdos secretos”. En los cuales se comprometen, entre otras cuestiones, a vender activos claves y a tomar decisiones devastadoras para la economía de cada Estado. Según el periodista se trata de ciento once puntos (compromisos) que los países deben firmar para poder acceder a créditos internacionales. Caso contrario se les corta el suministro de divisas para palear sus apremios económicos. El déficit monetario es tal, que las naciones viven desesperadas por salvatajes financieros. Como ejemplo de esto, basta con mirar lo que está pasando en Italia, Grecia, Portugal, España, Inglaterra y EE.UU., países que padecen graves crisis sociales donde la gente sale a las calles para oponerse a estos métodos esclavizantes. Entonces, las naciones que no pueden sobrevivir sin pedir prestado a esos poderes financieros multinacionales, son sometidas a cláusulas leoninas para acceder a esos créditos. Como recompensa por su gestión, los políticos y funcionarios corruptos que logran la aprobación de estos acuerdos reciben generosas recompensas. Estas son abonadas con el dinero ahorrado de esas pervertidas transacciones cuyos costos son rebajados a precios irrisorios. De este modo se dilapidan los bienes pertenecientes al pueblo.
La citada entrevista fue realizada en medio de la crisis que Argentina debió afrontar a principios del siglo pasado, cuando su economía no podía mantenerse en pie y llegó a contar con cinco presidentes en unos pocos días. Greg Palast señala que esta situación se agudizó a fines de los 80 por exigencias del FMI y del BM.
El lector sabrá comprender que los economistas suelen describir el trasfondo de la bancarrota con tenues términos como “apretura de mercados”, “flexibilización laboral”, “libre comercio”, etc. Acorralando a los países para tomar decisiones desafortunadas haciendo “lo que nosotros ni locos haríamos en EE.UU., como vender el sistema de agua potable”, dijo Greg Palast en aquella entrevista. Recordemos que en Bs. As. el sistema de agua potable se vendió por pocas monedas a una compañía llamada Enron. Según el periodista, también la misma corporación adquirió un gasoducto que corre entre Argentina y Chile. Lo cierto es que Enron se apropió de varias empresas de agua potable en todo el planeta, llegando a ser además la tercera compañía de energía más importante del mundo.
Datos extraídos del libro “Gobierno Mundial y el fin del mundo” (2011) de Jorge Márquez.
Nota de redacción: El gobierno uruguayo ya ha firmado algunos acuerdos, no divulgados, y sin control parlamentario, con gastos muy importantes de agua dulce. A saber: UPM, ya consume 136 millones de litros de agua por día. En Paysandú y Tacuarembó se instalará el Proyecto Tambores (hidrógeno verde y metanol) que consumirá 600 mil litros de agua por día del Acuífero Guaraní.Proyecto Google, instalará un data center con un millón de computadoras que nunca se apagan y que insumirá para su enfriamiento 7 millones de litros de agua por día.